De acuerdo a la Electronic Frontier Foundation, a partir del primero de enero de 2020, las autoridades de todos los condados del área metropolitana de San Diego, California, detendrán el uso de tecnología de reconocimiento facial, en respuesta a la movilización de la sociedad civil.
Esta tecnología se usaba específicamente en cámaras policiacas, ya sea de las cámaras corporales integradas al uniforme de sus elementos o a dispositivos especializados diseñados para la tarea. Nathan Shear, organizador de la Electronic Frontier Foundation, declaró en el congreso local que “la vigilancia a través de tecnología de reconocimiento facial agravará sesgos históricos provenientes de, y que contribuyen a, prácticas policiales abusivas en vecindarios afroamericanos y latinos”.
Lanzado en 2012 el Sistema Táctico de Identificación (TACIDS por sus siglas en inglés), distribuyó entre las fuerzas policiacas 1,309 tablets y teléfonos especializados en reconocimiento facial. Tan sólo entre 2016 y 2018 las autoridades ejecutaron por lo menos 65,500 reconocimientos usándolas.
No sólo se suspenderá el uso de dichos equipos, sino que tampoco se renovará el contrato con la empresa proveedora que contempla soporte, mantenimiento y asistencia técnica, el cual vence el mes de marzo de 2020. Así, San Diego se suma a otras ciudades estadounidenses que han ejecutado diversas restricciones contra este tipo de tecnología o incluso la han prohibido por completo.
El reconocimiento facial automatizado ha demostrado que vulnera derechos previamente, está fuera de los límites éticos de la búsqueda de seguridad de las sociedades e incluso ha llevado a arrestar a personas inocentes en Buenos Aires, Brasil, entre muchos otros lugares. Además es fácilmente usable para reprimir las libertades políticas y la libertad de expresión, como el gobierno chino ya lo hace en Hong Kong.