Las autoridades de Irán estarían utilizando tecnología de reconocimiento facial para perseguir a mujeres que se oponen al uso del hiyab y castigar a personas que infrinjan las estrictas leyes de moralidad en el país teocrático, informó Wired.
El año pasado, el asesinato de Jina Mahsa Amini, una mujer kurda de 22 años, a manos de la policía moral iraní provocó enormes protestas en el país que resultaron en cerca de 20 mil arrestos y más de 500 personas muertas. Quienes han seguido el desarrollo de estas protestas en el país han descubierto un preocupante patrón: días después de participar en una manifestación, personas que no habían tenido interacciones con policías son confrontadas y arrestadas en sus hogares por diversos motivos, como no llevar hiyab.
Aunque no hay certeza de que se esté usando tecnología de reconocimiento facial, este podría ser el primer uso gubernamental conocido de la herramienta para hacer cumplir una ley de vestimenta relacionada con el género en el mundo. Además, existen otros motivos para sospecharlo como que el año pasado, legisladores iraníes sugirieron que esta tecnología debería ser utilizada para hacer cumplir el uso del hiyab.
Incluso la cabeza del comité judicial y legal del parlamento, Mousa Ghazanfarabadi, aseguró que el uso de cámaras de reconocimiento facial puede ser implementada para esta tarea, reduciendo la presencia de la policía, asimismo, abogó por la exclusión de los servicios sociales y multas financieras ante las violaciones a la ley del hiyab.
El gobierno iraní ha creado en los últimos años una infraestructura para la vigilancia digital. Por ejemplo, la base nacional de identidad, creada en 2015, incluye registros faciales y otros datos biométricos que son utilizados tanto para la creación de identificaciones, como para identificar a quienes el gobierno considera como disidentes, por lo que podrían ser utilizados para cotejar los rostros de las personas registrados en las protestas.
De acuerdo con Wired, múltiples ramas del gobierno iraní como la Guardia Revolucionaria Islámica y la policía, entre otras, ya tendrían acceso a la tecnología de reconocimiento facial gracias en parte a compras hechas a empresas chinas como Tiandy, una de las fabricantes de cámaras más grandes del mundo.
Irán no es un caso único en el mundo, ya que a nivel global se vive una explosión en el despliegue de tecnología de reconocimiento facial, tanto en naciones consideradas como democráticas como en regímenes autoritarios. Recientemente la Suprema Corte de Justicia de Nueva York ordenó al Departamento de Policía del estado a abrir el acceso a 2 mil 700 documentos y correos sobre el uso de esta tecnología durante las protestas del movimiento Black Lives Matter.
Imagen (CC BY) Gibrán Aquino
