En los últimos meses, el gobierno del presidente Donald Trump –directamente desde su cuenta de Twitter y a través del Fiscal General de EE.UU., William Barr– ha emprendido una guerra contra el cifrado que ofrecen algunos fabricantes de tecnología como Apple o algunas aplicaciones de mensajería como Whatsapp o Signal.
Como una nota publicada en Milenio revela, el gobierno estadounidense –y al parecer, algunos funcionarios mexicanos– culpan al cifrado de comunicaciones de una supuesta imposibilidad para impedir e investigar delitos en los que sospechosos hacen uso de estas herramientas. De esta manera, se empuja la idea de que el cifrado es un enemigo de la seguridad y, por ende, debe romperse o debilitarse mediante la instalación de “puertas traseras”.
Sin embargo, contrario a lo señalado por estas autoridades, el cifrado es precisamente una herramienta fundamental para garantizar la privacidad y seguridad de miles de millones de personas que utilizan tecnologías digitales alrededor del mundo. Debilitar el cifrado es debilitar nuestra seguridad ante un número creciente de gobiernos hostiles y delincuentes informáticos ávidos de tener acceso a información privada para cometer extorsión, fraude e incluso, violaciones a los derechos humanos.
Decenas de organizaciones, organismos internacionales y expertos hemos señalado reiteradamente que es imposible que compañías concedan acceso a comunicaciones cifradas para ciertas autoridades, sin tener que ofrecer el mismo acceso a gobiernos autoritarios y sin facilitar e incrementar ataques informáticos por parte de grupos criminales.
Igualmente, no existe evidencia sólida que valide la tesis de instituciones como el FBI de “estar a oscuras” (“going dark”) respecto de las actividades de grupos delincuenciales. Tal aseveración debería estar sustentada en evidencia verificable antes de comprometer la seguridad de miles de millones de personas. Dado el historial de abuso de herramientas de inteligencia y de corrupción, así como su colusión con grupos del crimen organizado, es particularmente insensato que México se sume a la guerra de Trump contra el cifrado.
Por ello, desde R3D: Red en Defensa de los Derechos Digitales hacemos un llamado al gobierno de México a ignorar el alarmismo y las falsas soluciones que los enemigos del cifrado pretenden venderle. Por el contrario, México debe sostener una postura de respeto y promoción del cifrado como una herramienta fundamental para la protección de la seguridad y privacidad de la ciudadanía, y para crear las condiciones necesarias para ejercer derechos humanos como el derecho a la libertad de expresión.
Imagen de DonkeyHotey (CC BY-SA 2.0)