La patrulla fronteriza de Estados Unidos está poniendo en marcha un programa secreto, que usa tecnología predictiva, para detectar patrones de viaje “sospechosos” entre los millones de conductores en EE.UU.
Según información de AP News, una red de cámaras instaladas en diversos puntos del país escanea la matrícula de los automóviles y un algoritmo es el encargado de decidir si el vehículo es sospechoso en función de su procedencia, su destino y la ruta que han tomado, lo que ha desencadenado una serie de registros y detenciones, muchos de ellos con tintes agresivos, bajo parámetros por demás irregulares y argumentos como exceso de velocidad o ambientadores que bloquean la visión del retrovisor.
El poder y las funciones que antes realizaba la Patrulla Fronteriza, creada para vigilar actividades ilegales o de tráfico de drogas en las fronteras del país, han crecido en los últimos años y se han extendido al interior de Estados Unidos. Como ejemplo tenemos el acceso no autorizado que la autoridad tenía a 80 000 cámaras Flock de lectura automática de matrículas, en donde realizaban búsquedas sin un motivo claro de para qué se utilizaban.
Este aumento de las facultades que ha tenido la Patrulla Fronteriza se deben a la colaboración que esta ha tenido con otras agencias y programas locales de aplicación de la ley financiados con subvenciones federales. Incluso algunos documentos muestran que las agencias policiales de Texas han pedido a la Patrulla Fronteriza que utilice el reconocimiento facial para identificar a los conductores.
En el marco de los intensificados esfuerzos de la administración Trump para hacer cumplir las leyes de inmigración, como también se ha visto en las acciones que realiza el ICE para dar con personas migrantes, la CBP está ahora a punto de obtener más de 2700 millones de dólares para construir sistemas de vigilancia fronteriza, como el programa de lectores de matrículas, mediante la incorporación de inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes.
Esta infraestructura se sumaría a los ya plagados caminos con puestos de control, torres de vigilancia, drones Predator, cámaras térmicas y lectores de matrículas, tanto encubiertos como visibles.
No conforme con eso, las demandas que han surgido por detenciones arbitrarias han mostrado que la policía local intercambia información, vía mensajes de textos en grupos establecidos, de las personas que detiene, incluyendo perfiles de redes sociales y domicilios particulares de ciudadanos estadounidenses, lo cual es una clara violación a su privacidad.
El programa de lectura de matrículas de la Patrulla Fronteriza es solo una parte de la transformación constante de la agencia, y al igual que una agencia de espionaje, la CBP ha ocultado en gran medida su papel en la difusión de la inteligencia que recopila en todas sus actividades.
Imagen (CC BY) Gibrán Aquino
