Contrario a la especulación de la industria editorial, las editoriales independientes “son las que más cumplen y con más entusiasmo” con la obligación del depósito legal, establecida por la Ley Federal de Bibliotecas, reporta el periódico La Jornada.
La figura del depósito legal es un mecanismo para que los titulares de derechos de obras (editoriales, productoras, disqueras, entre otros) entreguen dos copias de sus ejemplares a la Biblioteca México, la Biblioteca del Congreso y la Biblioteca Nacional para su almacenamiento, conservación y consulta pública.
La ley fue desafiada por las grandes editoriales, que interpusieron diversas demandas de amparo bajo el argumento de que el depósito legal atentaba contra la explotación normal de las obras y facilitaba la piratería. Entre sus puntos, señalaron que esta obligación afectaría de forma desmedida a las editoriales pequeñas e independientes, debido a sus tirajes reducidos.
La discusión se dirimió en la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en marzo de 2023, que determinó la constitucionalidad del depósito legal, al que consideró un instrumento “para que el acceso a la cultura, la educación y el conocimiento lleguen a todas las personas y no sean sólo de consumo elitista”.
La Corte no solo desestimó que el depósito legal implique una afectación económica, sino que incluso consideró que la medida es positiva porque “beneficia a quienes editan en la medida en que a través de las bibliotecas públicas las personas de todos los estratos sociales y comunidades culturales conocerán sus obras e, incluso, de contar con los recursos suficientes, podrían adquirir las obras, de manera tal que se incremente el haber patrimonial de los editores”.
De acuerdo con la información de La Jornada, la evidencia parece estar del lado de la decisión de la Corte. Según Rodrigo Borja Torres, titular de la Dirección General de Bibliotecas, 80 por ciento de las editoriales han entregado hasta el momento sus ejemplares a la Biblioteca de México, alcanzando entre 34 y 35 mil ejemplares desde junio de 2021 hasta principios de 2023.
De estas editoriales, son 53 sellos independientes los que han contribuido al fecha con el acervo. “Un argumento en contra [del depósito legal] era que éstas no podrían acatar porque iban a quebrar debido a sus tirajes pequeños. Son las que más cumplen y con más entusiasmo, porque para ellas es una suerte de escaparate”, señaló Borja.
Sin embargo, las bibliotecas aún presentan retos para la conservación de los ejemplares en depósito legal, pues aunque Borja considera que hay espacio para un par de años más, considera que la Secretaría de Cultura debe elaborar un plan a futuro.
Imagen: (CC-BY) Gibrán Aquino
