La violencia en línea no se soluciona suprimiendo el anonimato

Ene 11, 2017 | Privacidad

Es común que el anonimato en línea sea visto como el culpable de actitudes o comportamientos en línea como el trolling o el acoso, ya que existe la idea de que las personas tienen un mejor comportamiento cuando se muestran sus nombres reales.

Sin embargo, hay evidencia científica que demuestra lo contrario y nos obliga a considerar que el acoso y el comportamiento en línea no puede solucionarse con este tipo de medidas, de acuerdo con el candidato a doctor por el Media Lab Center for Civic Media del Instituto Tecnológico de Massachusetts, J. Nathan Matias, en un artículo escrito para The Coral Project de Mozilla.

La idea de que el anonimato es un problema en Internet se basa en malas lecturas de teorías creadas hace más de 30 años, explica el autor: “Desde los ochenta, el anonimato se ha vuelto un villano fácil para culpar por cualquier miedo que tiene la gente sobre la tecnología social, aunque los experimentos de laboratorios ahora apunten en otra dirección”.

La correlación entre el anonimato y un comportamiento desinhibido es, de acuerdo con estudios citados por Matías, probablemente un producto de las elecciones tecnológicas de personas que ya pretenden el conflicto o dañar a los demás. En cambio, la evidencia señala que las personas son más sensibles a las normas grupales cuando son menos identificables por otros o dependiendo de la identificabilidad social, un efecto de “desindividuación”.

El acoso, el comportamiento conflictivo en Internet o la discriminación son problemas sociales que se ven reflejados en línea, especialmente en sociedades violentas. Mientras las normas favorezcan a estos comportamientos, las personas van a ser más proclives a copiarlos. Por el contrario, cuando se pide que las identidades en línea sean reveladas, se expone a las personas a mayores formas de discriminación y a potenciales riesgos que eran evitados con el anonimato.


Imagen original de Pixabay.

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