La fotógrafa estadounidense Carol Highsmith ha dedicado gran parte de su vida a retratar a través de su cámara los paisajes, pueblos, caminos y vida de gran parte de los Estados Unidos.
Highsmith es una creyente de la innovación y de poner a disposición del público recursos como sus imágenes y ha donado colecciones a bibliotecas estatales y recientemente, decenas de miles de imágenes, a la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
Además, la fotógrafa también ha digitalizado una buena parte de su archivo para ponerlo a disposición del público en general y que no se encuentre únicamente en los acervos de las bibliotecas.
Highsmith, quien ha dedicado cerca de 10 meses al año desde hace cuatro décadas a tomar estas fotografías, considera que sus imágenes servirán para dar a conocer distintas regiones de los Estados Unidos y a que distintas personas, locales y extranjeras, las puedan usar.
“Hay muchas y muy, muy, buenas imágenes en línea, pero si mostramos nuestros maizales y los hacemos brillar, la gente va a pensar que somos muy especiales y los somos, ese es el punto. Así que si puedo compartir esto e ir a un pequeño pueblo y compartir las imágenes de su pueblo, ellos también las podrán usar”, explicó la fotógrafa en una entrevista con Creative Commons.
La estadounidense considera que es una forma de crear una sensación de comunidad y de cercanía.
“Al mostrarnos, la gente en los campos, los granjeros, los escaladores, las personas pueden realmente vernos. Ellas pueden darse cuenta de que estamos todos en la tierra juntos y de que tenemos mucho en común”, asegura Highsmith.
La fotógrafa estadounidense ha tomado renombre en días pasados por demandar a Getty Images por cobrar de forma ilegal por el uso de las imágenes que donó a la Biblioteca del Congreso.
Highsmith se dio cuenta de la práctica cuando, en diciembre de 2015, recibió una carta de un buró legal a nombre de Getty, que la acusaba de utilizar una imagen propiedad de Getty sin su autorización.
Pero la sorpresa fue para la fotógrafa al darse cuenta que la imagen por la que el buró quería cobrarle 120 dólares era suya y estaba en uso en su página web. Highsmith se enteró así que Getty y Alamy, otra base de imágenes, habían vendido miles de sus imágenes, sin crédito para ella y con marcas de agua falsas.
La demanda actual equivaldría a cerca de 1 billón de dólares por los daños y ganancias que Getty y Alamy obtuvieron por el uso sin autorización de 18 mil 775 fotos del archivo Highsmith, de acuerdo con Bryan Sullivan, un abogado, quien escribió un artículo al respecto en Forbes.
El archivo Highsmith puede ser considerado como un gran legado para el conocimiento del mundo y su gente y una estampa de los Estados Unidos en los últimos 40 años, su contribución vivirá y ayudará a gente durante muchos años en el futuro.
