El recorte que está sufriendo la ayuda humanitaria que el gobierno de los Estados Unidos destina a los países de Centroamérica no ha afectado al rubro de asistencia técnica y financiera para las fuerzas policiales locales, incluyendo suministros para sus capacidades de vigilancia, denuncia Privacy International en un reporte.
Guatemala, Honduras y El Salvador han sufrido un recorte de 500 millones de dólares para actividades como construir escuelas; sin embargo, los apoyos con los que Estados Unidos promueve su propia seguridad y objetivos en la región continúan aumentando capacidades locales de vigilancia invasivas y poderosas, sin garantías de supervisión democrática adecuada, lo que refuerza el autoritarismo y las violaciones de los derechos humanos.
El presupuesto de ayuda a Centroamérica está siendo desviado a programas de la Iniciativa de Seguridad Regional para América Central (CARSI), que destina recursos a empresas como JSI Telecom en Guatemala, una empresa de vigilancia especializada en intercepción y análisis de datos; CellXion, empresa de Reino Unido, especializada en IMSI Catchers, que opera en El Salvador, y Pen-Link, también en El Salvador, que vende sistemas de interceptación de redes de telecomunicaciones.
Adicionalmente, organismos estadounidenses capacitan a las fuerzas de seguridad de estos países centroamericanos en técnicas como escuchas telefónicas, extracción y análisis de dispositivos digitales o en uso de plataformas de vigilancia predictiva como CompStat, que ha llevado a prácticas policiales abusivas contra minorías en EE.UU.
El gobierno estadounidense también ha establecido acuerdos de cooperación para aumentar el flujo de información supuestamente sobre “delincuencia transnacional”, aunque este acuerdo también incluye un gran intercambio de información biométrica sobre “las personas que cruzan las fronteras de los países del Triángulo Norte sin documentación válida”.
La exportación, procesamiento e intercambio de datos biométricos aumentará, prevé Privacy International, debido a que este objetivo se encuentra en la Estrategia Nacional para Combatir los Desplazamientos Terroristas de Trump para “potenciar el proceso de control de viajeros, la recolección de datos, el análisis y el intercambio de datos, incluyendo los datos biométricos y de otra índole de los viajeros”.
Imagen de Gage Skidmore (CC BY-SA 2.0)