Reality Winner, acusada de filtrar un documento clasificado sobre la interferencia rusa en las elecciones de EE.UU. cuando era contratista de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) alcanzó un acuerdo con el Departamento de Justicia para declararse culpable a cambio de una sentencia reducida de poco más de cinco años en prisión.
El documento en cuestión contenía pruebas de que hubo violaciones a la seguridad digital de 122 funcionarios electorales y otro contra una compañía que vende herramientas para el registro de votantes. Además, las violaciones fueron hechas por la Agencia de Inteligencia Rusa (GRU, por sus siglas en ruso). El documento fue publicado por The Intercept, un medio que ya ha hecho públicas otras filtraciones.
De acuerdo a la investigación, Reality Winner llegó al documento al buscar palabras no necesariamente relacionadas con su campo de trabajo en la base de datos de la NSA, además de utilizar una computadora de la agencia para enviar los correos electrónicos a The Intercept.
Defensoras y defensores de la transparencia protestaron tras el arresto de Winner, visto más como un mensaje del gobierno de Trump para disuadir a futuros filtradores que quieran denunciar malas prácticas de su administración en el futuro, que como una aplicación imparcial de justicia.
Winner pasará más tiempo en prisión que otras personas con casos similares; mientras que su pena está por encima de los cinco años, el promedio de penas por este tipo de casos no supera los tres; todo por alertar al público de información sobre un tema que vulnera la democracia de su país.