Durante las últimas semanas, desde R3D: Red en Defensa de los Derechos Digitales hemos solicitado que se nos incluya en distintos espacios coordinados u organizados directamente por el Instituto Nacional Electoral en los que se discute sobre el voto electrónico y el voto por Internet, tales como la Cumbre Mundial de la Democracia, a celebrarse el mes de septiembre en México, así como el foro “Voto electrónico en México, la transición tecnológica de la democracia”, organizado por la consejera Carla Humphrey, que tendrá lugar esta semana.
Sin embargo, aún cuando recibimos respuestas positivas de algunas consejerías del INE ante nuestra solicitud de participar, hemos sido sistemáticamente excluidos, en última instancia, por los consejeros encargados de tomar las decisiones finales sobre quiénes participarán en los espacios de discusión creados por el Instituto Nacional Electoral.
Desde hace al menos dos años, en R3D hemos sostenido reuniones privadas con distintas consejerías del INE para presentar nuestras investigaciones y plantear nuestras preocupaciones sobre la implementación de los sistemas de voto electrónico y de voto por Internet. Fue desde la propia consejería del Consejero Presidente que se generó un compromiso de retomar nuestra postura en las discusiones e incluirnos de manera constante en los espacios sobre este tema. A pesar de esta promesa explícita, los hechos muestran a un instituto excluyente y cerrado al diálogo sobre asuntos que son centrales para la democracia mexicana.
Es lamentable que el organismo encargado de promover la participación y la inclusión en el sistema democrático aísle deliberadamente a un sector de la sociedad civil que, además de producir conocimiento relevante sobre el tema, lo ha compartido de forma abierta y permanente con el propio INE.
Esta exclusión se torna aún más grave cuando sus razones responden a posturas personales de algunos consejeros, quienes rechazan la crítica que hemos realizado en torno a este tema y actúan intencionadamente para que reiteradamente seamos apartados de las discusiones realizadas por ellos.
La democracia exige que las instituciones encargadas de tomar decisiones políticas que afectan los derechos de todas las personas ─como aquellas relacionadas a los medios que utilizamos para ejercer el derecho al voto─ estén abiertas a la participación de todas las partes interesadas. Sin la inclusión ni la participación de todos los actores, las instituciones pierden su potencia democrática y se vuelven autoritarias.
La deliberación y el desacuerdo son un punto de partida que fortalece a la democracia. El INE debe cumplir con el requisito de ser imparcial, ya que esta es la única forma de generar legitimidad política y dar certeza a las y los ciudadanos mexicanos de que sus decisiones se toman de manera informada.
Por estas razones, exigimos que el INE permita nuestra participación en los foros relacionados con la discusión sobre el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las votaciones, tal como sucede con el voto electrónico y el voto por Internet, así como mantener este compromiso de inclusión para futuros espacios relacionados con el tema.
Así mismo, exhortamos a las y los consejeros electorales a tomar en serio las críticas que se han hecho desde la sociedad civil al uso de estas tecnologías y a dar información completa e imparcial sobre sus riesgos a toda la ciudadanía, en cumplimiento de los principios de transparencia y máxima publicidad que les obligan constitucionalmente.
Imagen (CC BY) Gibrán Aquino