Un reporte de la Oficina de Responsabilidad de Gobierno de los Estados Unidos (GAO) encontró que la mayor parte de las imágenes que conforman la base de reconocimiento facial del FBI, 419 millones, no corresponden a personas involucradas en investigaciones criminales.
En realidad, las mayoría de las imágenes en la base de datos corresponden a fotografías tomadas para visas y pasaportes por el Departamento de Estado, licencias de conducir de 16 estados y también la base de datos biométricos del Departamento de Defensa.
El FBI determina cuáles utilizar dependiendo de la naturaleza de la búsqueda que se realiza: si es una solicitud de colaboración de una policía local, el Buró utilizará el Foto Sistema de Identificación-Interestatal de Siguiente Generación (NGI-IPS), una colección de 30 millones de imágenes.
El NGI-IPS puede ser usado para identificar un rostro captado por una cámara de seguridad y éste arrojará entre 2 y 50 posibles coincidencias.
Además del NGI-IPS el FBI cuenta con una unidad conocida como Análisis, Evaluación y Comparación Faciales (FACE), ésta tiene acceso a la totalidad de las bases de datos y al final de un análisis manual, supuestamente, arrojará una o dos coincidencias.
Eso significa que a pesar de las gigantescas cantidades de información a las que tiene acceso el Buró, en ninguno de los dos casos se obtendrá un resultado preciso, uno de los puntos que critica GAO en el reporte presentado el mes pasado ante el Congreso de los Estados Unidos, pero hecho público recientemente, informó el medio especializado en tecnología Ars Technica.
Además, el uso masivo de información de millones de ciudadanos sin restricciones constituye una violación a su derecho a la privacidad.
“El FBI ha entrado en acuerdos para buscar y acceder a bases de datos externas, incluyendo millones de fotos de licencias de conducir y pasaportes de ciudadanos estadounidenses, pero hasta que los oficiales del FBI puedan asegurarse de que los datos que reciben de partes externas son razonablemente precisas y confiables, es poco claro si estos acuerdos son en realidad benéficos para el FBI y no incluyen innecesariamente fotos de personas inocentes como pistas para investigaciones”, se lee en el documento de la GAO.
Uno de los graves problemas de este acceso indiscriminado es que muchas de las imágenes no fueron originalmente recolectadas para ser usadas en investigaciones criminales o prosecución de la justicia y por supuesto los ciudadanos no han sido notificados de este uso.
Este es un peligro de la recolección de datos biométricos sin un propósito claro. En México, recientemente el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales ordenó a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) dar una justificación y finalidad sobre la recabación de datos biométricos.
Sedesol pone como condición para acceder al padrón de beneficiarios se requieren 10 huellas digitales y la captura del iris. Sin una declaración sobre el uso y resguardo de esta información se pone en peligro a los ciudadanos y se expone a que estos datos sean usados con otros propósitos.
Otras dependencias que recolectan datos biométricos son la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y el Sistema de Administración Tributaria, sin que se conozca mucho de qué hacen y cómo usan esta información.
Imagen original de BJ Huck: face recognition 1