Los #PanamaPapers no son un “ataque contra la privacidad”

Abr 4, 2016 | Whistleblowers

La filtración periodística más grande ocurrida hasta ahora, los Panama Papers, reveló la forma en que cientos de líderes políticos, empresarios, líderes internacionales, deportistas, actores, actrices e incluso jefes de Estado han evadido miles de millones de dólares a través de sociedades offshore.

El cofundador de la firma Mossack Fonseca, que sufrió la filtración, Ramón Fonseca declaró el lunes 4 de abril que el trabajo periodístico que llevó a los Panama Papers es resultado de un “ataque a la privacidad”.

Pero lo cierto es que los Panama Papers no son resultado de un masivo ataque a la privacidad de todos los involucrados; sino, como lo explica la ONG Privacy International, son resultado de la corrupción, la falta de transparencia y la impunidad con la que ciertos grupos poderosos se manejan en el mundo.

Las sociedades offshore, como se les llama en inglés, son empresas registradas en países donde no realizan actividades económicas, generalmente paraísos fiscales, donde los sistemas tributarios son muy laxos.

Esto implicaría que personajes como Mauricio Macri, Petro Poroshenko y Vladimir Putin, presidentes de Argentina, Ucrania y Rusia, respectivamente, pudieron haber evitado el pago de miles o millones de dólares en impuestos, un golpe directo a las respectivas finanzas de sus Estados.

La evasión fiscal y el desvío de fondos, especialmente en la magnitud de los recursos que manejan estos empresarios y políticos, implica una vulneración financiera de los Estados, en la forma de impuestos no pagados o recursos pagados con el dinero de los contribuyentes, por lo que se traduce en un problema de índole público y no privado.

“Privacidad y transparencia no son opuestos. Son la cara de la misma moneda. Como defensores de la privacidad, usamos los alcances de la transparencia para investigar vigilancia. Mientras tanto, la privacidad como un derecho requiere transparencia de las instituciones que recopilan y usan nuestros datos”, escribe en su blog Privacy International.

En los distintos países del mundo los sistemas tributarios tienen un gran control e información sobre los ciudadanos de a pie, en algunos casos, como en México, incluso poseen datos biométricos de contribuyentes.

Al mismo tiempo, muchos de estos mismos Estados recolectan una gran cantidad de datos sobre sus ciudadanos en aras de preservar el orden y la seguridad nacional, pero ¿y los poderosos, las élites, quienes controlan grandes cantidades de recursos? Ellos parecen librar el control estatal.

La acusación de Fonseca, asegura la ONG, es una defensa no solo de un estatus distinto, sino de un concepto distinto de privacidad, una privacidad para los poderosos, mientras que los demás somos “transparentes”.

11.5 millones de documentos, 2.6 terabytes de información, mil 500 veces más grandes que la filtración hecha en 2010 por Wikileaks, los nombres, cargos y vínculos apenas están saliendo a la luz, una transparencia obligada por los whistleblowers y los miles de periodistas que decidieron no permitir esa “privacidad” impune.


Imagen original de Matthew Straubmuller: HDR – Panama City, Panama

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