Así se usa el acceso abierto para combatir al virus zika

Mar 29, 2016 | Acceso al conocimiento

La capitalización de los descubrimientos científicos entorpece el flujo del conocimiento, y en tiempos de crisis, la parálisis podría traer consecuencias catastróficas.

El virus zika y su rápido esparcimiento han causado consternación a nivel mundial, especialmente por la falta de estudios reales sobre los efectos de esta enfermedad, alguna vez considerada como benigna.

A principios de febrero de 2016, la revista Nature, una de las más reconocidas por la publicación de artículos científicos en el mundo, junto con The Lancet y cerca de 30 instituciones y publicaciones científicas anunció que haría de todas sus trabajos relacionados con el virus del Zika de acceso abierto.

La idea, explica Nature en un editorial, es hacer más rápido el proceso de revisión de resultados, lo que podría ser vital en momentos en que se vive una crisis pandémica o de salud pública.

“La prioridad inmediata es juntar información clínica y epidemiológica para establecer si el aparente repunte en los casos (de microcefalia) es real y, de ser cierto, determinar hasta qué punto está relacionado el virus Zika. Los investigadores de otras partes del mundo deben tener acceso completo a toda la información tan pronto como esté disponible.”, se lee en el editorial.

El compromiso de las más de 30 organizaciones es un ejemplo del poder del acceso al conocimiento (Access to Knowledge). Tradicionalmente, acceder a estos documentos e información especializada puede ser realmente costoso y excluyente, lo que entorpecería el flujo de datos.

Además, esta clase de prácticas permite solventar carencias de la investigación en el campo, ya que los resultados de secuenciación genética de una muestra pueden ser publicados prontamente a una base de datos pública y a través de distintas muestras y datos clínicos y epidemiológicos, a los cuales no puede acceder el investigador de campo, se podría alcanzar más pronto una cura.

Desde que las patentes genéticas fueron prohibidas en Estados Unidos en 2013, han existido esfuerzos por hacer públicas gigantescas bibliotecas de datos de nuestros genes.

AmbryShare de Ambry Genetics es un ejemplo: un esfuerzo por hacer público 10 mil muestras de ADN de personas; aunque Ambry mantiene los derechos de autor de las investigaciones, otros científicos pueden acceder y descargar gratuitamente los datos y así entender las enfermedades que sufrimos.

La base de datos de Ambry será parte del Consorcio de Agregación del Exoma del Broad Institute, otra repositorio con cerca de 60 mil muestras secuenciadas de exomas en los EE.UU.


 

Imagen original de Tom Purcell: Human Genome

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