La (falsa) libertad de expresión en los medios digitales: Milenio vs. sus periodistas

Mar 16, 2016 | Libertad de expresión

La noche del martes 15 de marzo, la periodista Karen Cota rompió el silencio. A través de su blog en Medium, la exdirectora de Milenio DataLab evidenció cómo la censura de una investigación por parte de la dirección editorial del diario la llevó a firmar su renuncia. El caso es una muestra más del sombrío panorama para la libertad de expresión en el país, aún en los medios en línea, ante la complicidad de la prensa con el Estado.

De acuerdo a fuentes internas de Milenio consultadas por R3D, Red en Defensa de los Derechos Digitales –mantenidas en el anonimato para proteger su identidad–, el texto original fue ocultado entre las 18:00 y las 19:00 horas del martes 8, siendo bajado de la página principal (home) del portal noticioso y de la portada de la sección, por órdenes de Carlos Marín. La orden habría sido la de borrar el contenido, aunque según la versión narrada a R3D, fue el área digital la que se abstuvo de eliminar el reportaje. El texto volvió a ser subido por insistencia de los directivos de Milenio al director editorial, pero con el título modificado.

Así mismo, las fuentes consultadas por R3D indicaron que el equipo de Milenio DataLab “se deshizo después del incidente”, provocando la renuncia de la directora de la unidad de investigación. Aunque ningún elemento fue despedido directamente, otros integrantes del equipo de Cota también habrían presentado su renuncia ante la imposibilidad de continuar en un ambiente sin garantías para el ejercicio periodístico.

¿Qué sucedió?

El 8 de marzo de 2016, la unidad de periodismo de datos de Milenio (Milenio DataLab) publicó un reportaje titulado “El (falso) éxito de la Cruzada Nacional contra el Hambre”, cuyo resultado mostró la escasa efectividad del programa de desarrollo social.

Conforme a la versión publicada por Cota, la pieza periodística tomó cinco meses en su elaboración y había sido aprobada con antelación por Carlos Marín, director editorial de Milenio. La periodista relata que Marín recibió ese día [8 de marzo] la visita de Rosario Robles –exsecretaria de Desarrollo Social a nivel federal e impulsora de la Cruzada–, junto con funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu). Marín le ordenó a Cota asistir a la reunión para que la investigación fuera confrontada.

La entonces directora del DataLab defendió el trabajo, lo que señala “provocó molestia, enojo y varios manotazos en la mesa por parte de los funcionarios de Sedatu”. Así mismo, Cota indica que Rosario Robles se reunió en privado con Marín en su oficina. Acto seguido, el director editorial llamó a la periodista para avisarle que publicaría un “desmentido” (que después llamaría “réplica”) en la primera plana.

De acuerdo a la cronología del caso publicada por Aristegui Noticias, Milenio publicó la “réplica” el miércoles 9, con el título “Cruzada antihambre sí redujo carencias: Inegi”. La nota estaba basada en un informe publicado en 2015 y, de acuerdo con el periodista Témoris Grecko, dedica 27 párrafos a reproducir la contraargumentación que envió por escrito el mismo Omar Garfias, secretario de la Cruzada.”

Por su parte, Cota menciona que Carlos Marín “puso a una reportera a escribir el documento que atribuyeron a Sedesol pero que argumentó Sedatu y que involucran una encuesta de Inegi.” En otro texto en su blog, la periodista calificó como “indignantes” los argumentos usados por la dependencia para descalificar su investigación.

El relato de Cota también indica que, tras su reunión con Marín, ella se percató que el reportaje había sido retirado del home; también notó que habían sido eliminados tuits y posts de Facebook. Según la periodista, algunos directivos de Milenio convencieron al director editorial de que quitar el contenido era un error y lo volvió a subir el miércoles 9, cambiándole el título a “El éxito de la Cruzada Nacional contra el Hambre”, lo que dio un sentido totalmente contrario a la pieza original.

El jueves 10 se dio otro cambio, dejando la pieza con el titular “Los números de la Cruzada Nacional contra el Hambre”. Sin embargo, pese a las modificaciones intentadas por Milenio, no se pudo alterar la dirección URL original, que aún mantiene la palabra “falso” como remanente del título original. Ese mismo día, indica Cota en su texto, “renuncié a un trabajo que amé y en donde decidí dar toda mi alma para contribuir a mejorar la manera de hacer periodismo”.

El caso deja en evidencia que los viejos vicios del periodismo tradicional siguen presentes en las publicaciones en línea y que Internet no es inmune a la censura por la colusión entre medios y gobierno. “Milenio DataLab se terminó porque quien debió defender nuestro trabajo, no lo hizo. Esperó que aceptáramos trabajar bajo condiciones de censura y nula libertad de expresión”, expresó Cota.

En las últimas semanas, Milenio también fue objeto (justo a otros medios) de cuestionamientos por el retiro de una nota referente a una protesta de fotógrafos sobre el caso Narvarte, ocurrida el 29 de noviembre de 2015. En dicha ocasión, el titular de Comunicación Social del gobierno de la Ciudad de México, Julián Andrade, fue señalado por ejercer presión sobre varios medios de comunicación para retirar la nota de los portales.

Expresamos nuestra solidaridad con Karen Cota y los miembros del Milenio DataLab, víctimas de la censura. En R3D, Red en Defensa de los Derechos Digitales, consideramos lamentable que el director editorial de Milenio haya accedido al retiro temporal de la investigación en línea, así como su posterior manipulación, pues es una clara violación al derecho a la libertad de expresión.

A pesar de que Internet ofrece oportunidades únicas para ejercer ese derecho mediante blogs, redes sociales y distintas plataformas de distribución de contenidos, no podemos omitir la prácticas tradicionales de censura que han orillado a las personas a tener cada vez más acotadas las opciones para acceder a los trabajos periodísticos y especialmente a aquellos que buscan ejercer un contrapeso al discurso oficial. No está en juego la credibilidad de Milenio ni de Carlos Marín, lo que arriesgamos como sociedad es a contar o no con una democracia basada en los derechos humanos.

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