Celeste Burgess, una adolescente de Nebraska que utilizó píldoras para interrumpir su embarazo, ha sido sentenciada a 90 días de cárcel y dos años en libertad condicional, después de declararse culpable por haber ocultado ilegalmente restos humanos, informó The New York Times.
Celeste y su madre, Jessica Burgess, de 42, fueron acusadas en junio de 2022, después de que Meta compartiera con la policía de Nebraska las conversaciones privadas que tuvieron en Facebook Messenger, donde hablaban de los planes de poner fin al embarazo de Celeste y “quemar la evidencia”.
El caso contra las Burgess generó gran controversia debido a que la policía envió una orden judicial a Meta en la que exigió toda la información privada, incluyendo los mensajes directos que tuvieran de Jessica y Celeste.
Es importante recordar que Facebook Messenger no utiliza por defecto un cifrado de extremo a extremo en su aplicación de mensajería ─promesa que Mark Zuckerberg había hecho desde 2019─ por lo que la policía pudo acceder al contenido íntegro de sus conversaciones.
Greer Donley, profesora asociada de Derecho en la Universidad de Pittsburgh, afirmó en una entrevista que el caso era un “presagio de lo que está por venir”, ya que una oleada de estados liderados por republicanos han promulgado restricciones al aborto.
El caos de las Burgess ha hecho sonar las alertas de organizaciones de derechos sexuales y reproductivos, así como clínicas que ayudan a mujeres y personas gestantes a abortar, de que sus conversaciones privadas podrían ser vulneradas y usadas en su contra judicialmente, por lo que están recurriendo a herramientas que cuentan con cifrado de extremo a extremo.
Por su parte, Meredith Whittaker, presidenta de la aplicación Signal, consideró que esta sentencia refleja el costo real de la vigilancia masiva de las comunicaciones digitales privadas. “Si realmente nos preocupamos de mantener seguras a las personas, necesitamos más cifrado de extremo a extremo, no menos”, publicó en sus redes.
Imagen: (CC-BY) Gibrán Aquino