La reforma en telecomunicaciones ha fallado en impulsar el acceso a Internet y a la telefonía celular para las áreas pobres y remotas del país.
De acuerdo con un reportaje de la agencia de noticias Reuters, publicado en La Jornada, la falta de acceso a servicios de telecomunicaciones en zonas rurales y alejadas de los grandes centros urbanos de México, provoca aún marginación y complica el acceso a mejores servicios médicos, de salud y seguridad.
En México, el 70% de la población vive sin algún tipo de suscripción a telefonía celular, lo que lo pone por debajo de otros países en la región, como Argentina, Uruguay o Nicaragua, de acuerdo con datos de la Asociación GSM, citados por la agencia.
El proyecto más importante en este rubro de la reforma, la red compartida, una red público-privada de telefonía móvil 4G, no representa tampoco una solución a este problema, ya que apenas tendrá una cobertura del 85 por ciento del territorio.
Además, aunque el número de hogares conectados a Internet en el país ha aumentado de 2 a 12 millones en los últimos 15 años, la realidad es que estos se concentran en centros urbanos y en algunos estados del país, mientras que en la Ciudad de México, Nuevo León y Baja California Sur el 60 por ciento de las casas tienen acceso a Internet, en Guerrero y Chiapas tan solo el 20 por ciento está conectado.
Al ser entrevistada sobre el tema, la directora del programa de telecomunicaciones del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Judith Mariscal, aseguró que México aún carece de un diseño serio de programa para acceso universal a los servicios de telecomunicaciones e, incluso, afirmó que la “reforma apostó por un modelo de negocios equivocado”.
Esta situación sumada al recorte del presupuesto de otros importantes programas de acceso a las telecomunicaciones, como México Conectado, el cual redujo este año sus metas en un 40 por ciento, al pasar de 250 mil sitios conectados a Internet de banda ancha para 2018 a 150 mil, pone en peligro la conectividad del país.