SIDtoday es el boletín interno del Directorado de Señales de Inteligencia (SID) de la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos. En éste no solo se publican las trivialidades de la oficina, como vacaciones y viajes, sino algunos de los temas más importantes que se manejan en la agencia.
Desde informes sobre la guerra en Irak, operaciones de programas de vigilancia, la guerra contra el terrorismo, los nuevos liderazgos en el SID, e incluso las nuevas tendencias en el uso de tecnologías.
De este boletín han salido algunas de las principales revelaciones de los documentos filtrados por el whistleblower Edward Snowden.
El día de hoy el medio especializado en seguridad y política The Intercept liberó 166 de estos boletines al público, parte del archivo Snowden, que el activista dio a Glenn Greenwald, en aquel momento periodista de The Guardian.
Greenwald escribió en un editorial sobre la liberación de documentos que el propósito principal de darlos a conocer la información al público es que otros periodistas, investigadores e interesados puedan revisar los documentos y tal vez encontrar materiales que sean de interés, pero que hayan sido pasados de largo por The Intercept.
Todos los documentos de esta entrega corresponden al año 2003, incluyendo todos los que fueron publicados entre el 31 de marzo y el 30 de junio de ese año. Posteriormente, The Intercept publicará otras ocho entregas hasta llegar al año 2012, el último del que, explica Greenwald, tienen documentos.
En ese sentido, Greenwald también aseguró que su medio alcanzó los requerimientos técnicos de seguridad y legalidad para comenzar a cooperar con periodistas en distintos países del mundo, fuera de la alianza que recibió parte de las filtraciones originales (Washington Post, The New York Times, The Guardian y ProPublica), y que, dice el periodista, tienen mejor entendimiento de hechos que contienen las filtraciones.
Para llegar a ese punto, The Intercept también tuvo que clasificar los documentos de la filtración, para evitar que entre la información que se publique pueda dañar a personas inocentes, víctimas de una actividad ilegal como fuer el espionaje masivo e indiscriminado de la NSA.
“Un archivo de esta importancia y tamaño obviamente presenta dificultades sobre cómo debe reportarse, raramente hay una respuesta obvia al respecto. Filtraciones diferentes requieren distintos enfoques. […]
“Hemos navegado estos difíciles y algunas veces conflictivos valores decidiendo cómo reportar sobre este masivo archivo. Estos dos nuevos acercamientos facilitarán, esperamos, reportar y publicar mientras mantenemos nuestras responsabilidades con la fuente y el público.”, finaliza Greenwald en su editorial.