En Estados Unidos, una de las principales razones que motivó la adopción masiva de cámaras corporales fue el uso arbitrario de la fuerza por parte de los agentes del orden. Sin embargo, el uso de estos dispositivos no deja de generar críticas por parte de amplios sectores de la población estadounidense, donde también se reconoce que este tipo de tecnología no es una solución mágica a este problema.
Después de una amplia investigación y revisión de registros, declaraciones, datos financieros y otra información sobre las cámaras corporales de la policía, Alec Karakatsanis, fundador de Civil Rights Corps, ha documentado que, a 10 años de su implementación, el uso de estos dispositivos por parte de miles de oficiales en todo Estados Unidos no ha atacado en nada el problema de los abusos policiales, sino por el contrario, estos han aumentado.
El activista mencionó que “después de que la muerte de Michael Brown a manos de la policía en Ferguson hace diez años generó una indignación pública por la violencia policial, la policía y las multimillonarias empresas de vigilancia se dieron cuenta de que tenían una oportunidad (de financiamiento)”.
Karakatsanis mencionó que, en ese momento, se omitió decir que la policía y los fiscales querían las cámaras para expandir la infraestructura de vigilancia a niveles no vistos en la historia policial moderna, vinculando el nuevo vídeo con software de reconocimiento facial y de voz con ayuda de inteligencia artificial y algoritmos de predicción policial.
Es decir, la intención del despliegue masivo de cámaras corporales nunca fue transparentar el actuar de la policía, como se pudo ver en el caso del Departamento de Seguridad Pública de Texas, que evitó la publicación de videos generados por estos dispositivos, argumentando que podrían utilizarse para mostrar “debilidades” de la actuación de las autoridades.
En su investigación, Karakatsanis difundió algunos ejemplos del uso que la policía busca dar a este programa, como usar la herramienta para implementarla en protestas y poder escanear a la multitud para saber quién está allí y quién se está asociando con quién, basándose en el reconocimiento facial, como ya se ha usado en Estados Unidos con las manifestaciones de Black Lives Matter.
Imagen: (CC-BY) Gibrán Aquino