A pesar de las advertencias de académicos, políticos, activistas, millones de ciudadanos y organizaciones como Wikimedia sobre los peligros que representaba la Directiva Europea de Derechos de Autor para un Internet libre y abierto, el Parlamento Europeo la aprobó este martes 26 de marzo de 2019.
La Directiva contiene disposiciones que atentan contra la libertad de expresión y la libre circulación de información, por lo que afectarían el funcionamiento de Internet como lo conocemos.
El punto más nocivo de la Directiva es el Artículo 13, el cual obliga a las plataformas de contenido en línea –salvo a las más pequeñas– a integrar filtros de contenido para asegurarse que todo lo que sea subido no viole derechos de autor.
Sin embargo, otras disposiciones aprobadas obligarían a pagar a medios y editoriales incluso por el uso de extractos de noticias, como en el caso de Google News, además que las empresas tendrían que obtener acuerdos de licencia con cada titular de derechos de autor para poder utilizar sus contenidos, de acuerdo con Deutsche Welle.
Electronic Frontier Foundation (EFF), al respecto, escribió en su blog que aún existen posibilidades para que la Directiva sea rechazada en Europa y no llegue a implementarse, incluyendo una incompatibilidad entre el Artículo 13 y la Directiva de Comercio Electrónico que prohíbe explícitamente cualquier requisito para monitorear proactivamente para el cumplimiento de propiedad intelectual.
Esto tendría que resolverse en las cortes europeas; sin embargo, EFF considera que los usuarios de Internet en Europa no pueden esperar a que las grandes compañías de tecnología lleven las nuevas disposiciones a litigio por lo que deberán defenderse por sí mismos.
“La batalla tendrá que continuar, como ha sido en las últimas semanas, con millones de usuarios del día a día uniéndose en línea y en las calles para demandar su derecho a estar libre de la censura y libres de comunicarse sin los censores algorítmicos o arbitrarios requisitos de licencia”, se puede leer en la publicación de EFF.
Tras la aprobación en el Parlamento Europeo, la Directiva pasará a los países miembro, donde puede ser integrada o rechazada por los cuerpos legales locales. La fecha límite, aunque podría extenderse, es el año 2021.
Imagen de Gero Nagel [CC BY 4.0]