El geoblocking (geobloqueo o restricción geográfica) es dañina para consumidores y empresas, ya que evita que los precios puedan dispersarse debido a la alta demanda y la fragmentación del mercado.
Esta fue la conclusión a la que el economista Néstor Duch-Brown llegó tras realizar un análisis sobre el impacto que genera la política restrictiva conocida como geoblocking, en la que a través de una localización por dirección IP se discrimina a un usuario de un servicio o se bloquea por completo su actividad.
Además de discriminatoria, también se le ha considerado como una “práctica comercial anticompetitiva” ya que puede derivar en cambios de precios y en condiciones de servicios, como explica Hipertextual, que cita al profesor de la Universidad de Barcelona.
El pasado 25 de mayo, la Comisión Europea lanzó nuevos lineamientos para continuar delineando lo que se conoce como el plan del Mercado Único Digital Europeo, entre estos se encontraba una disposición para evitar el geobloqueo.
“Las empresas al evitar el geobloqueo venden una mayor cantidad de productos, además de poder vender en mercados más amplios y con un precio unificado”, declaró Duch-Brown. Además, el economista aseguró que eliminar la restricción podría ahorrar hasta “500 millones de euros a los usuarios” en la Unión Europea.
Aunque estas disposiciones no afectarían a servicios como YouTube o Netflix, no significa que estos no se verían beneficiados por esta clase de políticas y que existiera un solo Netflix Europa o que todos los ciudadanos europeos vieran los mismos contenidos, sin importar país.
Duch-Brown explicó a Hipertextual que el mayor impedimento para que dejara de existir el bloqueo geográfico en las plataformas audiovisuales son los derechos de autor y el hecho de que se gestionan por organismos nacionales, por lo que la legislación varía de país a país.
Uno de los países con leyes más restrictivas en cuanto a derecho de autor es Alemania, en el que GEMA, la sociedad de derecho de autor, tenía bloqueado, en 2013 y de acuerdo con FayerWayer, el 60 por ciento de los mil videos más vistos de YouTube. Sin duda, una afectación severa para los usuarios de ese país.
Pero los usuarios siempre buscan la forma de acceder a mejores contenidos, como en el caso de Netflix en el que se popularizó el uso de VPN para poder ver la programación de la versión estadounidense.
En enero pasado, la plataforma de videos en streaming anunció que comenzaría a bloquear los accesos a través de VPN, lo que llevó a que más de 30 mil usuarios firmaran una petición en línea para que la empresa terminara con la práctica.
La práctica era considerada discriminatoria para quienes utilizaban comúnmente una VPN para navegar en Internet, pero aún más lo es que a pesar de pagar el mismo servicio que sus suscriptores estadounidenses tuvieran un catálogo más reducido y de menor calidad.
Julia Reda, eurodiputada del Partido Pirata alemán, ya lanzó una campaña para que la UE tome medidas al respecto. Tal vez próximamente sí exista un Netflix Europa.