Sin la existencia de herramientas comerciales de cifrado de comunicaciones y transferencia de datos, la fuga más grande de información ocurrida hasta ahora conocida como los Panama Papers no habría sido posible.
Los documentos filtrados de la firma panameña de abogados Mossack Fonseca, cerca de 2.6 terabytes de información, contienen: 4.8 millones de correos electrónicos, 3 millones de archivos de bases de datos y 2.1 millones de PDF.
Estos fueron obtenidos por el diario alemán Süddeutsche Zeitung a través de un whistleblower anónimo, que contactó al reportero Bastian Obermayer a finales de 2014.
Obermayer contó a la revista Wired que originalmente fue contactado a través de un chat cifrado, ya que la fuente aseguró que su vida corría peligro, por lo que no podía encontrarse personalmente con él.
Durante el siguiente año, explica la publicación, el diario bávaro desarrolló en conjunto con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) un sistema de comunicación para más de 400 periodistas de todo el mundo que permitió el análisis inicial de una parte de los datos filtrados.
El logro de mantener como secretos, hasta ahora, los datos de la investigación y al mismo tiempo conducirla a nivel internacional con la participación de una docena de medios internacionales, como The Guardian y BBC, entre otros, no debe ser menospreciado, explica el fundador de Whitehack, Adrian Wood, al sitio de noticias sobre tecnología CyberShack.
Para lograrlo, primero Obermayer tuvo que comunicarse con el whistleblower a través de aplicaciones como Signal o Threema y utilizando correos cifrados a través de PGP ( Pretty Good Privacy).
La información llegó al Süddeutsche Zeitung por partes y aunque Obermayer no ha clarificado la forma, Mar Cabra, jefa de la unidad de investigación y datos de ICIJ aseguró a la revista Forbes que los datos llegaron a través de distintos discos duros cifrados con VeraCrypt.
ICIJ también recomienda, para recibir información, que ésta sea enviada a través de medios físicos, DVD, CD, discos duros y memorias USB, entre otras, ya que considera que no existe ninguna forma de comunicación electrónica que sea por completa segura.
La información de los discos duros fue subida a Amazon para ponerla al alcance de los reporteros, pero estos requerían otra clase de herramientas para poder interpretarla. Éste es probablemente el paso en el que la información se encontró más desprotegida, solamente a través de una contraseña vinculada a cada reportero; aunque, de acuerdo con Forbes, cada acceso al sitio era realizado a través del protocolo SSL.
Además, ICIJ creó un sistema de comunicación para que los periodistas pudieran comunicarse entre ellos y discutir las nuevas historias, éste contaba con una autenticación de dos pasos, que exigía un código de un solo uso adicional a la contraseña de acceso.
Increíblemente y a pesar de la amplia colaboración y acceso, los documentos originales aún se mantienen fuera del alcance público.
Obermayer declaró a Wired que después de subir la información tomó una precaución extra y destruyó el teléfono y el disco duro de su computadora con los que había mantenido conversaciones con el whistleblower.
Las herramientas de navegación privada como Tor o servicios de VPN, además de aplicaciones de mensajería y correo cifrados son cada vez más comunes en el ejercicio periodístico.
Para el fundador de VeraCrypt, Mounir Idrassi, los Panama Papers son una muestra de la importancia del cifrado como una herramienta útil para la libertad de expresión y los derechos humanos.
“Es importante tomar esta oportunidad para enseñar a las masas y a los políticos por igual que el cifrado no solo es utilizado para cosas malas, sino que, más importante, es crítico para el ejercicio de los periodistas, activistas por los derechos humanos y disidentes que viven bajo regímenes opresivo”, declaró a Forbes.