Con la llegada de Donald Trump a la presidencia, el uso de la aplicación CBP One como único medio para solicitar asilo en Estados Unidos llegó a su fin, lo que ha dejado un panorama incierto para las personas migrantes.
CBP One fue una aplicación móvil y un portal web desarrollado por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, originalmente diseñado para facilitar procesos migratorios y aduanales, como la inspección de productos agrícolas o la presentación de información previa a cruces fronterizos. Durante la pandemia de COVID-19, esta herramienta se transformó en el único medio para gestionar solicitudes de asilo en la frontera sur de Estados Unidos, con el requisito de una cita previa para presentarse físicamente.
¿Cómo funcionó CBP One?
Desde marzo de 2020, durante la pandemia de COVID-19, las personas que intentaban llegar a la frontera sur de Estados Unidos debían obtener una excepción a los Protocolos de Protección al Migrante (MPP), que restringían su presencia en la frontera. Para ello, se requería el uso de la aplicación CBP One. Tras el fin de la pandemia, el gobierno de Estados Unidos continuó exigiendo la obtención de citas a través de la aplicación para solicitar asilo, como un reflejo de la tendencia hacia la digitalización acelerada del acceso a los derechos en respuesta a la pandemia.
Los solicitantes de asilo que buscaban entrar al país debían descargar la aplicación y pasar por un proceso de registro en el que tenían que proporcionar información biográfica y sus datos biométricos. Después de completar el registro, las personas debían dedicarse a conseguir una de las 1,450 citas disponibles diariamente. Una vez que se obtenía acceso a una cita, las personas contaban con 24 horas para llegar al punto de entrada.
Estas citas se distribuían en ocho puntos de entrada a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. La distribución de las citas se realizaba a través de un sistema de lotería, donde el 70 por ciento de las 1,450 citas diarias se distribuía de manera aleatoria y el 30 restante se prorizaba a las cuentas con los registros más antiguos.
Críticas e implicaciones de CBP One
CBP One fue criticada por ser contraria al derecho internacional al limitar acceso al asilo, dejando a las personas que buscan protección en una situación de vulnerabilidad. Cuestiones como la exclusión digital, errores y fallas en el funcionamiento restringieron aun más el acceso al asilo.
La aplicación también influyó en los patrones migratorios al dificultar la coordinación entre personas migrantes. El poder de la aplicación para determinar el punto de entrada de las personas solicitantes de asilo, así como la decisión de que la misma solo fuese utilizable en un área determinada (del paralelo que cruza la Ciudad de México hacia el norte, hasta julio de 2024), la convirtió en una herramienta de control de los flujos migratorios.
Además, la introducción de CBP One complicó el trabajo de organizaciones de la sociedad civil al imponer nuevas exigencias logísticas y tecnológicas. En algunos casos, esas necesidades van desde contar con un servicio de Internet que funcione para la cantidad de personas que acompañen, el conocimiento relacionado al funcionamiento de la aplicación, hasta replantear las capacidades y características de los espacios de acogida debido a los cambios en los patrones de migración, como ocurrió con la limitación espacial de la aplicación.
Ahora, el 99 por ciento de las personas que llegan a la Ciudad de México, en realidad, están en tránsito. Entonces, de ser albergues para la integración, tuvieron que cambiar a ser albergues para el tránsito; de ser albergues que recibían 40 o 50 personas, pues van a recibir 500. Eso es humanamente insostenible. (…) Hemos visto cómo hay personas que han reventado ante estas circunstancias. Eso también va mermando esta capacidad de respuesta para hacer frente a estas condiciones que son, de nuevo, provocadas.
– Margarita Núñez Chaim, Priami, Ibero. Agosto 2024.
Ante la dificultad de acceder a citas, surgieron oportunidades para defraudadores quienes falsamente decían que podían conseguir la cita cobrando entre 5 mil y 20 mil pesos por persona. Además, el esquema impuesto por CBP One también fue explotado por miembros del crímen organizado, como nos contó una persona que colabora en un albergue en Monterrey:
El hecho de que exista esa aplicación creo que ha agudizado un poco el tema del crimen organizado. Lo que era supuestamente una herramienta para lograr una migración segura, al final no lo es. Sabemos que desde Monterrey a diferentes puntos fronterizos –como Laredo, por ejemplo– ellos podrían subirse a un camión con la cita; lo que está haciendo el crimen organizado es pedirles, además de la cita, una cuota para protegerlos, por ejemplo, o lo secuestran y tienen que pagar. Como saben que tienen cita y tienen que llegar a fuerzas, su familia va a pagar para que puedan llegar, entonces sí hay abusos también por ese lado.
– Marzo 2024
Otra de las críticas en torno al funcionamiento de la aplicación gira entorno a la enorme cantidad de información personal recopilada mediante su uso de personas en una situación vulnerable. Estos datos podrían ser instumentalizados por la actual administación para ubicar a personas mediante otros sistemas de vigilancia y deportarlas o ser utilizados para el perfilamiento de personas y negarles el acceso al derecho al asilo.
Impactos psicológicos en población en movilidad
Para las personas migrantes, la obligación de utilizar la aplicación agravó un proceso ya de por sí complejo y las expuso a mayores riesgos. Al verse obligadas a permanecer en un entorno donde son constantemente perseguidas por autoridades gubernamentales y miembros del crimen organizado, su situación se vuelve aún más precaria. En muchos casos, estas personas enfrentan graves limitaciones para subsistir y carecen de un hogar definido, lo que dificulta todavía más su estadía en México.
Todo esto tuvo impactos psicológicos. Las personas migrantes con las que pudimos conversar sobre la aplicación declararon haberse sentido frustradas ante las largas esperas y el constante rechazo. Algunas dijeron tener la percepción de que la aplicación tenía control sobre sus vidas; también nos hablaron de sentimientos de injusticia e inequidad del sistema migratorio al percibir casos de personas que recibían la cita a pocos días de registrarse, mientras que otras esperan meses sin éxito.
Aquí tenemos… ya vamos para seis meses. Ha sido bien difícil. Cuando llegamos aquí, decían que [la cita] llegaba a los 15, a los 20 días. Luego nos dijeron ya no pasa de los tres meses […] Sí se desespera uno […] no se acostumbra uno, es muy difícil, la verdad.
– Persona migrante, Tijuana. Febrero 2024.
La verdad ha sido un trabajo bien fuerte para las personas, no solamente para los adultos, sino para los niños. En estas generaciones, que están todavía mezcladas entre personas que saben usar la tecnología y personas adultas que no saben usarla, quienes resultan responsables del llenado o del seguimiento de una aplicación de CBP son los niños o los adolescentes. Al menos aquí, hemos percibido muchísimo que para ellos ha generado una tensión. Si entras al salón de niños en este momento, no va a haber un niño que no conozca qué es la aplicación de CBP One, desde un niño de dos años, que apenas está diciendo ‘hola mamá’, dice ‘quiero cita CBP’, así literal. El año pasado que hicimos las cartitas de Santa, todas incluían ‘quiero la cita CBP’.
– Alma Ramírez, voluntaria en Casa del Migrante, Tijuana. Febrero 2024.
Reflexión sobre la plataformización de derechos
CBP One evidencía algunos de los riesgos que plantea la digitalización de servicios públicos y su impacto en el acceso a derechos. La opacidad en su funcionamiento, las fallas técnicas y la falta de alternativas accesibles plantea una situación de mayor desigualdad de poder entre las personas y las empresas/autoridades. Además, la introducción de estos sistemas tiene consecuencias (intencionales o no) en ámbitos que van más allá del asunto que buscan “solucionar”, lo que da como resultado amplias violaciones a derechos que permanecen invisibilizadas.
Así mismo, CBP One visibiliza la influencia que la infraestructuras digitales pueden llegar a tener sobra la forma en que nos relacionamos. En este caso, la introducción de esta aplicación no solo representó una limitación al acceso al asilo, sino que influyó sobre la forma en que las personas migran, Siendo reconocida como un factor que contribuyó en la disolución de caravanas y coordinación entre personas migrantes, así como también afectó las capacidades de organizaciones que laboran en este contexto para poder apoyar y acompañar a esta población.
Fortalecimiento del muro digital
Una serie de órdenes ejecutivas publicadas al incio del segundo mandato de Trump imponen importantes restricciones a la migración y al derecho al asilo. Bajo la retórica de enfrentar una supuesta “invasión” en la frontera sur, Estados Unidos declaró una emergencia nacional en esa zona. Estas medidas incluyeron la suspensión de la entrada física de personas y la paralización del programa de refugiados, deteniendo la recepción de solicitudes de asilo hasta que estas se “alinearan con los intereses” del país.
Adicionalmente, las políticas eliminaron protecciones para personas en proceso de solicitud de asilo, permitiendo su expulsión si se consideraban riesgosas por motivos de salud pública o seguridad, o si su verificación de antecedentes no podía completarse por limitaciones operativas. La vaguedad de términos como “invasión”, “riesgos de salud pública” y “seguridad nacional” generó preocupaciones sobre posibles restricciones arbitrarias y desproporcionadas al derecho a migrar y solicitar asilo.
Si bien desde la administración de Biden se han utilizado herramientas con inteligencia artificial en la frontera, el endurecimiento de medidas antimigrantes de la actual administración plantea un incremento en el gasto para la adquisición de estos sistemas intrusivos tecnológicos. Por ejemplo, se busca destinar 101 millones de dólares para actualizar cámaras de vigilancia instaladas en la frontera sur.
Además, el departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha asignado cinco millones de dólares a su presupuesto de este año para abir una oficina dedicada a la inteligencia artificial. También se creará un consejo para la implementación de esta tecnología en la que participarán altos ejecutivos de empresas como Open AI, NVIDIA, IBM, Microsoft, AWS y Northrop Grumman.
Empresas como RealEye –empresa israelí que desarrolla software de perfilamiento mediantede vigilancia de fuentes abiertas– y Bavovna –fabricante de drones que han sido utilizado en el conflicto en Ucrania– han manifestado estar explorando opciones para implementar estas tecnologías en el fortalecimiento de las fronteras.
La implementación de estos sistemas ha resultado en un incremento en los riesgos y la letalidad que enfrentan las personas migrantes durante sus trayectos. El uso de estas tecnologías no responde a necesidades reales de seguridad, sino que obedecen a agendas políticas y comerciales que buscan instrumentelizar la situación de movilización migratoria mediante narrativas de miedo con el fin de promover sus propios intereses.
Este texto fue realizado en colaboración con Surveillance Resistance Lab.
Imagen: (CC-BY) Gibrán Aquino