El 1 de enero de 2024, tras casi un siglo de protección de los derechos de autor, la versión más antigua de Mickey Mouse, aquella que salió en la película animada “Willie y el bote de vapor” en 1928, ha pasado al dominio público estadounidense, informa el Centro de Estudio del Dominio Público de la Universidad de Duke.
Además de EE.UU., la representación de Mickey Mouse conocida como Steamboat Willie será de dominio público solo en algunos países, pero en otros, como en México, seguirá estando sujeta a los derechos de autor. Nuestro país posee el exagerado término de 100 años de protección a los derechos patrimoniales de las personas autoras sobre sus obras artísticas tras su muerte, uno de los plazos más altos en todo el mundo.
Si te preguntas por qué llama tanto la atención de la entrada al dominio público de este personaje icónico, es debido a la complicada relación del propio Mickey, Disney y el dominio público en el pasado, un drama de 95 años que ha tenido a más de una persona aferrada al asiento para ver cómo culmina la historia.
En 1998, Disney metió mucha presión para que se aprobara la Copyright Term Extension Act ─también conocida como la Ley de Protección de Mickey Mouse─ para ampliar por 20 años la protección de derechos de autor de distintas obras, incluyendo el célebre ratón. Esto congeló por dos décadas la entrada al dominio público de múltiples obras.
Esta ampliación de los plazos de protección del derecho de autor ha sido criticada por la academia por ser económicamente regresiva y tener un efecto devastador en nuestra capacidad para digitalizar, archivar y acceder a nuestro patrimonio cultural.
Paradójicamente, la propia Disney ha sacado mucho provecho del dominio público, realizando creaciones que son un guiño o contienen reinterpretaciones a obras de Hans Christian Andersen, como Frozen; William Shakespeare y Hamlet con El Rey León.
Incluso el propio Mickey se basa en material de dominio público al recibir su personalidad y características acciones, según su propio creador, en las de Charles Chaplin y sus melancólicas películas mudas. Considerando esto, es un hecho simbólico que por fin Mickey, personaje emblema de la compañía, haga su entrada triunfal al dominio público.
La entrada de la versión de 1928 de Mickey Mouse al dominio público significa que cualquiera puede compartir, adaptar o remezclar el material, tanto como la imaginación de los nuevos creadores les permita, pero solo su iteración ─y de Minnie Mouse─ que aparecen en la película “Willie y el bote de vapor”, tomando en cuenta lo siguiente:
- Que la nueva creación no tenga elementos que estén sujetos a derechos de autor de iteraciones posteriores
- No se intente confundir a los consumidores haciéndoles pensar que la nueva creación es producida o patrocinada por Disney, como una cuestión de derecho de marcas.
El año pasado, la llegada de Winnie the Pooh al dominio público causó furor por las diversas reinterpretaciones del personaje, incluyendo una película de horror que fue posible gracias a la expiración de los derechos autor.
“Disney y Mickey son parte de una rica tradición, y al final, Disney puede seguir disfrutando de un vasto portafolio de propiedad intelectual mientras enriquece el dominio público. Las obras de Disney ejemplifican lo valioso del dominio público: ha tomado obras viejas, prolífica y brillantemente, para hacer sus amadas películas. ¡Esperemos que Disney recuerde su propia deuda con el dominio público mientras Mickey Mouse entra al reino del cual ha sacado tanto!”, concluye el Centro de Estudio del Dominio Público de la Universidad de Duke.
Imagen (CC BY) Gibrán Aquino