X Corp. ─la empresa antes conocida como Twitter─ se encuentra de nuevo envuelta en una polémica al demandar al Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH), una organización sin fines de lucro, por presuntamente haber publicado investigaciones con la intención de dañar a la plataforma y su modelo de negocio, informa el medio digital Newtral.
La demanda, que el medio publica en su página web, muestra cómo la empresa ha presentado cargos contra el CCDH por supuestos incumplimientos de contrato al recolectar información de su plataforma para realizar sus investigaciones, lo que consideran una violación de la Ley de Abuso y Fraude Informático (CFAA).
Según Newtral, Musk y sus abogados acusan al Centro Contra el Odio Digital de haber obtenido los datos para sus investigaciones incumpliendo los términos y condiciones de Twitter, los cuales prohíben scrapear contenidos de la plataforma sin un consentimiento previo de la compañía.
Una de las acciones realizadas por Musk al asumir la dirección de Twitter fue el cierre de la API pública de la plataforma, además de modificar los términos con los que anteriormente funcionaba la red social, haciendo mucho más difícil la tarea de investigadores, fast-checkers y personas de la sociedad civil que trabajan para reducir la desinformación, problema que en los últimos años ha crecido a un ritmo acelerado dentro de X.
La demanda también responsabiliza al CCDH de las pérdidas millonarias que ha sufrido Twitter por concepto de publicidad, culpando a los informes de la organización de “una campaña de miedo para ahuyentar a los anunciantes de la plataforma X”. Desde que Musk adquirió la empresa, los ingresos publicitarios han caído hasta en un 50 por ciento.
Así mismo, el documento señala ─sin ofrecer pruebas o datos que sostengan los dichos─ que la CCDH estaría “financiada por rivales comerciales, entidades gubernamentales y afiliados”, calificando a la organización como un “grupo extranjero de dinero oscuro”. Además, la demanda pide una compensación económica por los supuestos daños ocasionados, incluyendo las pérdidas de dinero proveniente de anunciantes.
Desde que Musk asumió la dirección de la plataforma, el Centro ha documentado en sus investigaciones que los discursos de odio, las violaciones a derechos humanos y la desinformación no han dejado de aumentar. Algunos datos indican, por ejemplo, que Twitter no ha actuado en el 99% de los casos de contenidos de odio publicados por usuarios premium, además de que la plataforma ha ganado millones de dólares en publicidad, reactivando cuentas que habían sido vetadas por incumplir las reglas de comunidad.
Una de las comunidades que más ha sido afectada por este aumento en el discurso de odio y la poca atención de la plataforma a ello es la población LGBTTTIQ+. Recientemente la red social eliminó protecciones a personas trans de su política de conducta de incitación al odio, un ejemplo de lo insegura que se volvió la plataforma para la comunidad, por lo cual fue rankeada como una de las plataformas digitales más peligrosas para personas LGBTTIQ+, según el último estudio de GLAAD.
Imran Ahmed, director del CCDH, calificó la demanda como “una jugada autoritaria de libro” que demuestra que Musk no cesará en sus esfuerzos por silenciar las voces críticas sobre la plataforma. No obstante, para el responsable del Centro, “la investigación independiente del CCDH no se detendrá: Musk no nos intimidará para hacernos callar”.