Los países americanos enfrentan un punto de inflexión de la libertad de expresión en Internet, caracterizado por el deterioro generalizado del debate público, con el riesgo que tenga un impacto negativo y se traduzca en violencia en el espacio físico y ponga a prueba sus instituciones y próximos procesos electorales, alertó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE).
Entre las preocupaciones que externaron la CIDH y la RELE, destaca un tema coyuntural para México: la moderación de contenido en Internet. Al respecto, el llamado es hacia “detectar participativamente consensos que contribuyan a establecer criterios claros, conforme a derechos humanos, para que la moderación de contenidos en Internet esté acorde a las aspiraciones de democracias abiertas, con pluralidad de voces, medios, plataformas y oportunidades”.
Asimismo, la CIDH y la RELE considera que los criterios adoptados deben “responder a la necesidad de claridad y especificidad de las restricciones, velar por la no discriminación, y considerar su escalabilidad y replicabilidad”. También instó a los Estados a que acompañen estos procesos velando porque los regímenes de responsabilidad de intermediarios “faciliten la implementación de estándares de derechos humanos en todos los sectores, respetando los mecanismos propuestos por la gobernanza multisectorial, abierta y plural de Internet”.
La CIDH y la RELE recuerdan a los Estados que tienen la obligación de garantizar las condiciones necesarias para gozar y ejercer los derechos humanos en entornos tanto analógicos y digitales. Quienes más sufren el deterioro del debate público y la integridad de la democracia son personas en vulnerabilidad, por lo que es momento para que los Estados miembro de la Organización de los Estados Americanos reflexionen en conjunto sobre los desafíos de este momento.
Asimismo, hizo hincapié en que las respuestas, tanto del sector público como del sector privado, deben ajustarse al marco del derecho internacional de los derechos humanos.
Además, la Comisión pidió a los actores del debate público que sean los primeros en cuidarlo, especialmente de la violencia y los discursos que alientan el odio; también consideró que debe ser un momento en que se sumen esfuerzos para asegurar que quienes aspiran a cargos de representatividad contribuyan a que los procesos estén libres de la violencia, desinformación, odio y manipulación.
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