Algunos de principales actores internacionales encargados de vigilar y defender la libertad de expresión y opinión en el mundo se pronunciaron de forma conjunta porque los Estados y actores interesados cooperen y garanticen este derecho y promuevan un ambiente libre de expresiones falsas dirigidas a desinformar a la población.
La Declaración Conjunta sobre Libertad de Expresión y “Noticias Falsas”, Desinformación y Propaganda, fue firmada por los relatores especiales sobre libertad de expresión y opinión de la ONU, OEA, la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y la Comisión Africana de Derechos Humanos, el pasado 3 de marzo de 2017.
En esta, los firmantes expresan su preocupación por el crecimiento de desinformación y propaganda (a veces denominada como “noticias falsas”), impulsadas por actores estatales y no estatales, pero también aseguran estar igualmente preocupados por las respuestas que afectan a la libertad de expresión.
La declaración subraya que el derecho a la información no se limita a aquella calificada como “correcta” y que también protege a expresiones e ideas que puedan ofender, sorprender o perturbar a ciertos sectores de la población.
Por esto, la declaración exige a los gobiernos del mundo que no diseminen declaraciones que sepan son falsas o que evidencien una ignorancia dolosa por información verificable, además de evitar la prohibición de información al acusarla de “no objetiva” o de ser una “noticia falsa”.
Además, se expresaron en contra de que los intermediarios sean responsables por cualquier contenido, a menos de que interfieran con este, y que deben asegurarse de que cualquier medida que tomen sea clara ante sus usuarios y esté regida por principios establecidos previamente.
En el caso de los medios, los firmantes piden que estos mismos generen mecanismos de autorregulación y que incluyan estándares para mejorar la precisión e incorporar el derecho de réplica y de corrección.
Finalmente, se pide a los grupos interesados que participen activamente para generar iniciativas transparentes de participación para que sea posible entender mejor el impacto de la “desinformación y la propaganda en la democracia, libertad de expresión, periodismo” y generar respuestas a estos fenómenos.