El acceso a Internet en Latinoamérica sigue siendo caro, escaso y de mala calidad, aseguró Juan Ketterer el jefe de la División de Conectividad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en entrevista al diario español El País.
En promedio, un latinoamericano y un caribeño destinan 10% más de su ingreso en conectarse a Internet, que los habitantes del resto del mundo, por un servicio cuatro veces más lento que en el resto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
De acuerdo con Ketterer, este atraso, ante naciones más desarrolladas, puede acrecentarse y provocar problemas en el futuro, ya que se acerca “la concreción de muchas tecnologías que tienen que ver con la cuarta revolución industrial”.
Servicios públicos, salud digital, automóviles autónomos y drones dependerán del Internet de las cosas, la inteligencia artificial y la gran capacidad de computación en los países, por lo que la buena conectividad es necesaria, explicó el funcionario del BID.
La conectividad se ha visto retrasada por la falta de coordinación entre gobierno y sector privado, ya que el despliegue de la mayor parte de la infraestructura corresponde a este último, por lo que depende de la rentabilidad que vea la industria en invertir para tener mayor cobertura.
Ketterer señala a la obsolescencia, la inestabilidad y la falta de garantías jurídicas como razones por las que el entorno regulatorio es percibido como poco atractivo en la región por la iniciativa privada.
Para impulsar la conectividad, el funcionario enumera una serie de medidas que los gobiernos deben emprender en la región: primero, armonizar y modernizar marcos legales y regulatorios; segundo, invertir de forma estratégica en la red, como en redes troncales o conexiones internacionales y, tercero, es financiar inversiones de infraestructura dirigida a la conectividad digital a través de tecnología o asociaciones público-privadas.