Privacy International lanzó, el pasado 1 de agosto, una base de datos sobre la industria de la vigilancia en el mundo con información de más de 500 compañías incluyendo, en algunos casos, información de exportaciones.
La base de datos, llamada Surveillance Industry Index (SII), contiene información como los productos, países en los que operan, funcionalidad, tratados internacionales sobre vigilancia, entre otros.
La SII busca contrarrestar la opacidad y secrecía con la que generalmente se maneja la industria y arrojar luz sobre las ventas que se hace de este tipo de equipo o software a regímenes autoritarios o países que no protejan los derechos humanos.
“Estamos tratando de compilar un recurso que va a rastrear todas las cuentas de código abierto de la tecnología que se está usando, dónde y quién la provee”, explicó Edin Omanovic, oficial de investigación para Privacy International a Motherboard.
Los países con mayor número de compañías presentes en el SII son los Estados Unidos, con 122 compañías; Reino Unido, 104; Francia y Alemania, 40 cada uno, e Israel, 27. De acuerdo con la organización el 87 por ciento de las compañías tienen sus centrales en países miembros de la OCDE y el 75 por ciento son parte de la OTAN.
Privacy International también lanzó de forma simultánea su reporte The Global Surveillance Industry, el cual analiza las exportaciones de estas tecnologías desde Israel, EE.UU., Reino Unido, Alemania e Italia.
El reporte también incluye 152 importaciones realizadas a países de Oriente Medio y África del Norte, incluyendo países en guerra como Siria.
México aparece mencionado varias veces en el reporte como cliente de cuatro de los cinco países que analiza Privacy International: sistemas de monitoreo para celulares de los EE.UU.; tecnología no identificada de Alemania y software intrusivo, como el de Hacking Team, de Israel e Italia.
“Este reporte busca mapear estas modernas tecnologías de vigilancia, su comercio, las compañías que los manufacturan y exportan y su regulación. Al hacerlo, tiene como objetivo no solo proveer esta muy necesitada exposición y responsabilidad a una industria que lucha por operar en secrecía, sino también facilita un mayor entendimiento de la forma en que los Estados aplican la ley y desarrollan prácticas militares y de inteligencia.
“También busca proveer fundamentos para futuras investigaciones que interpreten la moderna industria de defensa y seguridad, seguridad internacional y guerra.”, se puede leer en el documento de la organización.