Irene Khan, Relatora Especial de Naciones Unidas para la Libertad de Expresión, ha externado su preocupación por la posible extradición e inminente juicio en Estados Unidos del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, algo que podría tener graves consecuencias para la libertad de expresión.
Julian Assange, editor y activista australiano, saltó al ojo público en 2010 cuando, a través de WikiLeaks, publicó cientos de miles de documentos secretos de Estados Unidos que evidenciaron el abuso que cometió en las guerras de Irak y Afganistán. Por tal razón, Estados Unidos acusa a Assange de 17 cargos, incluyendo el hackeo de las bases de datos del ejército estadounidense para adquirir información sensible y secreta para EE.UU.
Assange se encuentra a la espera de la decisión del Tribunal Superior del Reino Unido sobre su recurso contra la extradición a Estados Unidos, donde enfrenta cargos bajo la Ley de Espionaje de 1917. Esta ley fue creada en tiempos de guerra y nunca tuvo la finalidad de penalizar el trabajo legítimo de editores y periodistas, por lo que Assange podría convertirse en el primero en ser juzgado bajo dicha ley, por la que podría recibir una condena de al menos 175 años.
“Reunir, informar y difundir información, incluida la relativa a la seguridad nacional cuando es de interés público, es un ejercicio legítimo del periodismo y no debe tratarse como un delito”, afirmó Irene Khan.
Para la Relatora Especial, la extradición de Assange “establecería un precedente peligroso que podría tener un efecto inhibidor en el periodismo de investigación en los Estados Unidos y posiblemente en todo el mundo. Las leyes internacionales de derechos humanos proporcionan protecciones fuertes a los informantes, fuentes periodísticas y reporteros del interés público”.
Khan finalizó su posicionamiento haciendo un llamado tanto a Estados Unidos como al Reino Unido, a mantener estos estándares sobre derechos humanos en el caso de Julian Assange.
Imagen: (CC-BY) Gibrán Aquino