Porcha Woodruff, una mujer con ocho meses de embarazo, es acusada injustamente de robar un automóvil en Detroit, luego de sufrir una falsa coincidencia con tecnología de reconocimiento facial, reporta The New York Times.
Woodruff se encontraba en casa con sus dos hijas, cuando un grupo de seis policías se presentó en su puerta acusándola de robo, tras haber sido presuntamente identificada con tecnología de reconocimiento facial.
De acuerdo con el diario, Porcha es la sexta persona en EE.UU. ─todas afroamericanas─ que es falsamente vinculada con un crimen como resultado de un emparejamiento erróneo con el rostro de otra persona; y la primera mujer de la que se tiene registro.
Tras ser acusada ante un tribunal de justicia, Woodruff fue puesta en libertad después de pasar 11 horas encerrada en una celda. Posterior a su detención, afirmó en una entrevista que fue directamente al hospital, donde le diagnosticaron deshidratación y le administraron dos bolsas de líquidos por vía intravenosa.
“Tenía contracciones en la celda de detención. Me dolía mucho la espalda. Tenía espasmos. Creo que probablemente estaba teniendo un ataque de pánico”, dijo la víctima.
Con este, suman tres casos similares en Detroit, donde el Departamento de Polícia lleva a cabo un promedio de 125 búsquedas por reconocimiento facial al año, casi todas de hombres negros, según lo reportado a la Junta de Comisarios de Policía de Detroit, un grupo civil de supervisión de este tipo de tecnología.
Según documentos municipales, el departamento utiliza un proveedor de reconocimiento facial llamado DataWorks Plus, el cual coteja rostros desconocidos con una base de datos de fichas policiales de delincuentes; devolviendo coincidencias clasificadas por su probabilidad de ser la misma persona, las cuales en última instancia revisa un humano, el cual está encargado de decidir si la coincidencia pasa a ser una persona sospechosa.
Hoy la ciudad de Detroit se enfrenta a tres demandas por detenciones erróneas basadas en el uso de tecnologías de reconocimiento facial, una de ellas por parte de Porcha, quien demandó a la ciudad por arresto injustificado.
Phil Mayor, abogado de la Unión Americana de Libertades Civiles de Michigan, afirma sobre el caso que “una tecnología deficiente da lugar a investigaciones deficientes, y las garantías de la policía de que llevarán a cabo investigaciones serias no son ciertas”.
Los sesgos raciales en el reconocimiento facial están siendo cuestionados en otros casos en Estados Unidos, como en Nueva Jersey, donde una corte de apelaciones ordenó a la policía local brindar toda la información sobre el software de reconocimiento facial a una persona detenida por un presunto robo a mano armada. En ese mismo sentido, una propuesta de ley en Massachusetts está propiendo restringir el uso policial de estas tecnologías.
La preocupación por el impacto del reconocimiento facial en personas racializadas y otros grupos en situación de vulnerabilidad también se está llevando a cabo en otras partes del mundo, como en el caso de Brasil con el proyecto Smart Sampa. Lamentablemente, en México el uso de las tecnologías de vigilancia se sigue promoviendo como una falsa solución al problema de la inseguridad pública.
Imagen: (CC-BY) Gibrán Aquino