Después de un largo proceso judicial que duró casi cuatro años, Ola Bini, especialista sueco en seguridad informática, desarrollador de software libre y colaborador de Julian Assange, fue declarado inocente por decisión unánime de un tribunal ecuatoriano el pasado martes 7 de febrero, informó el medio La Jornada.
Bini, quien también es activista por los derechos digitales, fue detenido en Ecuador por el supuesto delito de “acceso no autorizado a un sistema informático, telemático o de telecomunicaciones”, poco después de que Assange fuera expulsado de la Embajada de Ecuador en Londres en abril de 2019.
El caso contra Bini estuvo plagado de irregularidades y violaciones a derechos humanos, documentadas por la Misión de Observación conformada por distintas organizaciones defensoras de derechos humanos para monitorear el caso.
Esta agrupación publicó el año pasado un informe sobre las violaciones al debido proceso, las debilidades técnicas, las presiones políticas y los riesgos que esta persecución penal conlleva para la protección de los derechos digitales.
Entre las principales irregularidades documentadas, destaca la presentación de pruebas endebles y las graves fallas durante la incautación de sus dispositivos. Asimismo, la defensa denunció que “la redada se produjo sin que él estuviera presente, y que los dispositivos cifrados incautados se examinaron sin seguir las normas y garantías procesales”.
La Electronic Frontier Foundation celebró la decisión en su cuenta de Twitter y señaló que Ola Bini “enfrentó acusaciones infundadas basadas en malinterpretaciones de la tecnología, las cuales menosprecian el rol vital de las personas expertas en seguridad y en tecnologías seguras para salvaguardar los derechos de todas las personas y su seguridad”.
En un comunicado, Artículo 19 destacó que “la decisión representa una victoria para los derechos digitales en el país y en la región”, además significa un paso positivo para evitar que las personas defensoras de los derechos digitales sean criminalizadas y para reconocer que merecen la misma protección que otras personas defensoras de derechos humanos.
Aunque la absolución de Ola Bini sienta un precedente importante, las personas investigadoras, expertas en tecnología y defensoras de los derechos humanos y digitales, así como periodistas y alertadoras enfrentan a nivel global acoso y persecusión, como sucede con el caso de Julian Assange, cuya extradición a Estados Unidos aún está pendiente.
Imagen (CC BY) Gibrán Aquino
