Un profesor de música en Alemania, Ulrich Kaiser, probó a través de un experimento la falta de precisión del algoritmo de identificación de canciones bajo derecho de autor de YouTube, supuestamente el más caro y sofisticado de su tipo en Internet.
De acuerdo con una historia publicada por Motherboard, Kaiser publicó varios videos que incluían pistas de música de música clásica en el dominio público, con el objetivo de compartirlas en YouTube. Sin embargo, el sistema Content ID rápidamente comenzó a marcarlas como contenido que violaba derechos de autor.
El profesor apeló a YouTube que las canciones que había utilizado estaban en el dominio público bajo la legislación alemana, pero también encontró que el sistema de apelación de la plataforma era extremadamente ineficiente.
Tras muchos intentos y, según Kaiser, largos intercambios con el equipo de atención, el profesor logró que varios de sus videos fueran establecidos, aunque ninguno libre de licencia, como pretendía originalmente.
“Incluso en casos en los que mi defensa ante el Content ID fue exitosa, los videos no regresaron a ser libres de licencia, haciendo mucho más difícil para que otras personas usen y compartan los trabajos digitalizados en la forma en que originalmente pretendía, explicó Kaiser a Motherboard.
De acuerdo con la especialista Meredith Rose, abogada experta en derecho de autor y parte de la organización Public Knowledge, el hecho de que el sistema identifique contenido libre de derechos como violatorio se debe a que las compañías son incentivadas a ser rigurosas con sus sistemas de filtrado, además de que los algoritmos son poco precisos.
Por estas razones, el sistema de YouTube (de un costo aproximado de 100 millones de dólares y que manejan referencias para 75 millones de obras) se presta a muchos abusos y es especialmente ineficiente e injusto cuando se trata de mezclas creativas o de obras bajo licencias libres.
Estos datos se vuelven más relevantes ahora que se acerca una importante discusión sobre la nueva legislación de derecho de autor en la Unión Europea, la cual depende fuertemente de algoritmos y tiene el potencial de dañar la libertad de expresión en línea.