Rusia podría quedar fuera de Río 2016 por el trabajo de una whistleblower

Jul 22, 2016 | Whistleblowers

En 2014, Yuliya Stepanova, corredora rusa de 800 metros planos, grabó a oficiales del deporte, entrenadores y atletas de su país discutiendo el uso de drogas para incrementar el rendimiento para un documental de la televisión alemana.

Las revelaciones de Stepanova provocaron que la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) iniciara una investigación del atletismo ruso que desembocó en un informe independiente del expresidente de la Agencia, Dick Pound, presentado en noviembre de 2015.

A través del informe de Pound, WADA acusó a Rusia de operar un vasto programa de dopaje para sus atletas de pista, auspiciado por el Estado, e impulsado a través de sobornos e intimidación. En el reporte, Stepanova tuvo un rol principal como informante, incluso describió cómo a través del uso de sustancias prohibidas en menos de un año, sus tiempos bajaron considerablemente.

Stepanova describe en el reporte el uso en apenas dos años de tres sustancias prohibidas, Turinabol (un esteroide anabólico), eritropoyetina o EPO y testosterona. Sus tiempos pasaron de 2:13 a 2:01:96 y ganó el campeonato nacional ruso. Además, narró cómo los entrenadores programaban las inyecciones e ingestiones de las sustancias para evitar los controles antidopaje, escribe en un reportaje sobre el tema The New York Times.

El pasado 17 de junio, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) determinó suspender a los atletas rusos de pista de los Juegos Olímpicos de Río 2016. La sanción fue recién confirmada, el 21 de julio, por el Tribunal de Arbitraje Deportivo, después de que otro reporte, conocido como McLaren, también fuera publicado.

En éste, el abogado Richard McLaren, encontró una táctica extendida desde el Estado para hacer trampa a través del dopaje entre los atletas rusos en el camino a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, los Campeonatos Mundiales de Atletismo en Moscú y la Universiada de Kazán en 2013 y los Juegos de Invierno de Sochi en 2014.

En éste reporte, Grigory Rodchenkov, exdirector del laboratorio de dopaje ruso, contó que él personalmente sirvió esteroides a atletas y además cambió muestras de orina durante los Juegos de Invierno Sochi 2014.

Ahora, el Comité Olímpico Internacional (COI) decidirá mañana si solo los atletas de pista o toda la delegación rusa será suspendida de participar en los juegos de verano. Uno de los principales agravantes, de acuerdo con The Guardian, es que el principal señalado de orquestrar el plan en el informe de WADA es el exministro de Deporte ruso, Yuri Nagornykh.

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Distintas agencias antidopaje alrededor del mundo, como la de Japón, Canadá, Nueva Zelanda y Noruega, han presionado al COI para que la sanción completa se cumpla, de acuerdo con una carta en posesión del NYT.

Mientras tanto, Stepanova, quien ha sido una pieza fundamental para las revelaciones del esquema de dopaje. Podrá competir en Río 2016, debido a una excepción de la IAAF, pero bajo la bandera olímpica como una atleta neutral.

La posibilidad para que Stepanova compita en los Juegos Olímpicos es un premio a una whistleblower sin la cual un sistema que iba en contra de los principios del deporte y que estaba arraigando una cultura de “corrupción y dopaje” en el deporte ruso.

Si Stepanova no hubiera acudido ante los organismos internacionales, es probable que hubieran pasado años sin que se supiera del programa de dopaje o que, incluso, nunca se supiera.


Imagen de portada original de Erik van Leeuwen: Yuliya Rusanova/Yuliya Stepanova during 2012 IAAF World Indoor Championships in Istanbul

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