Las compañías propietarias de derechos de autor están inundando Google con peticiones para que se retire contenido de Internet, ya que en apenas dos años la cantidad de peticiones para que retire contenido de Internet se ha cuadruplicado.
De acuerdo con Torrent Freak, al comparar la cantidad de peticiones hecha en la primera semana de junio de 2014 con la semana respectiva de 2016, se puede observar que éstas pasaron de 5.1 millones de URL, reportadas por contenido que infringe los derechos de autor, a 22 millones.
El aumento en las peticiones es alarmantemente rápido, ya que el mismo medio reportó apenas en octubre de 2015 que Google había alcanzado mil millones de peticiones para remover contenido por infringir derechos de autor, desde que comenzó a publicar sus reportes de transparencia en 2011.
De los mil millones, al menos 420 millones pertenecían a 2015, pero bajo el ritmo actual, tan solo en 2016 alcanzaría el mismo número de peticiones.
La normativización de este mecanismo y la rapidez y efectividad con la que se está practicando debe ser tema de consternación.
Primero, porque implica un alto grado de automatización que facilita la comisión de errores y no considera otras acepciones del derecho de autor como es el uso legítimo. Segundo, porque entre el gran volumen de URLs que se borran también existe contenido de índole político, periodístico y socialmente relevante que es susceptible al abuso de las leyes de derecho de autor.
Recientemente, el gobierno de los Estados Unidos lanzó una consulta sobre la efectividad de la DMCA y también su impacto.
Pero Google ha manifestado públicamente que el proceso es eficiente y efectivo, incluso, asegura que el gran número de solicitudes es prueba de que está funcionando.
“El creciente volumen de URLs removidas de las búsquedas cada año demuestra que los poseedores de los derechos de autor encuentran el proceso de notificación y retirada valioso, eficiente y escalable a sus necesidades”, aseguró Google a la Oficina de Derechos de Autor de los Estados Unidos.
Esta postura es contraria incluso a la de grupos de titulares de derechos, quienes aseguran que se ha convertido en una carrera sin meta: “algo parecido a drenar un océano con una cuchara para té”.
Aunque, de acuerdo con Torrent Freak, estos grupos apostarían por un esquema en el que los contenidos o URLs que sean dados de baja, no vuelvan a aparecer en las búsquedas.