Un tatuaje no es solo un dibujo o diseño que vive en la piel. Estos pueden revelar detalles importantes sobre la identidad de una persona: ideología, creencias religiosas y pertenencia social a un grupo.
Los tatuajes son considerados actualmente como una característica biométrica y única, debido a que se escoge la forma y contenido de lo que se imprime en la piel; además, también son considerados como una forma discursiva, por lo que deberían estar protegidos por las leyes de libertad de expresión.
Al ser un elemento cada vez más común en nuestras sociedades, estos se vuelven una importante fuente de información que puede ayudar a identificar a un individuo, especialmente para las agencias de vigilancia y seguridad estatales.
Recientemente, una investigación de Electronic Frontier Foundation, encontró que el FBI, en conjunto con el Instituto Nacional para Estándares y Tecnología (NIST), recolectó en 2014 15 mil imágenes de tatuajes obtenidos de personas arrestadas o encarceladas, con el propósito de crear una base de datos y desarrollar tecnología de reconocimiento automatizado para el FBI.
De acuerdo con EFF, el proyecto no solo causa alarmas por sus violaciones a la libertad de expresión, sino que contiene un fuerte sesgo, ya que para el análisis de las imágenes y personas, se basó en iconografía cristiana.
Los experimentos han sido conducidos sin un respeto a la privacidad y libertades humanas. Cuenta EFF que las bases de datos de tatuajes han sido creadas por la policía mediante imágenes almacenadas en álbumes e información en texto.
Actualmente, las agencias de seguridad están desarrollando aplicaciones que puedan trabajar en teléfonos móviles y que puedan analizar tatuajes de forma instantánea y así crear un perfil de las personas.
Una presentación sobre el programa, obtenida por EFF, expone las razones por las que NIST está tan interesado en desarrollar esta clase de software.
La diapositiva explica que uno de cada cinco adultos en los Estados Unidos tiene un tatuaje, que estos expresan afiliaciones políticas, religiosas, a pandillas y subculturas. Además, son marcas distintivas para identificación y contienen mensajes valiosos para inteligencia: con “significado y motivación”.
Para EFF es especialmente preocupante que los investigadores hayan utilizado imágenes con significado religioso para sus experimentos y que permitan agrupar y clasificar a personas con creencias comunes.
Esto demuestra que estas pruebas no fueron realizadas con base en principios éticos y bajo supervisión o vigilancia apropiada, por lo que la organización pide un alto completo a estas pruebas mientras no se adhieran a otros principios o al menos se deje de utilizar iconografía religiosa o perfilar étnica, religiosa o políticamente, con base en los tatuajes.
EFF alerta especialmente de estos manejos ya que tiene información de que NIST lanzará una segunda fase de la investigación que contendrá más de 100 mil imágenes recolectadas por el Condado de Pinellas, Florida; la Policía Estatal de Michigan y el Departamento de Correccionales de Tennessee.