Las oficinas de migración de Estados Unidos utilizan aplicaciones de traducción asistidas por inteligencia artificial sin comprender las limitaciones que tienen estos sistemas automatizados, por lo que dejan sin una posibilidad real de comunicarse a personas que piden asilo en su país e incluso ponen en jaque su posibilidad de entrada a un país extranjero, informa The Guardian.
Este fue el caso de Carlos, una persona afroindígena originaria de Brasil que decidió huir a Estados Unidos, junto a su hermana y dos de sus sobrinos, luego de que una banda local asesinara a su hijo enfrente de él.
Al llegar, Carlos fue separado de su familia y recluido en un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, donde pasó seis meses sin saber el paradero de sus seres queridos y sin poder comunicarse con nadie, debido a que él hablaba portugués y el personal utilizaba una herramienta de traducción de voz basada en inteligencia artificial para interpretar lo que Carlos decía, pero el sistema no captaba ni entendía su acento.
Durante el tiempo que estuvo en el centro de inmigración, no supo realmente por qué había sido detenido y cuando buscó atención médica, para problemas de hipertensión y COVID, las enfermeras tuvieron problemas para entenderle y atenderlo. Lo mismo le ocurrió al llenar su solicitud de asilo: la barrera del idioma fue uno de los retos más difíciles en su búsqueda de refugio en Estados Unidos, “Nunca imaginé que sería lo peor”, dijo Carlos a través de un traductor.
Esta no es una situación aislada, ya que el sistema de inmigración estadounidense ha dicho que proporcionará a las personas migrantes un intérprete humano cuando lo necesiten, pero la realidad afirma que muchas se quedan sin acceso a uno. En su lugar, las distintas agencias ─e incluso algunas organizaciones de ayuda─ confían cada vez más en herramientas de traducción asistida por inteligencia artificial como Google Translate y Microsoft Translator.
Según Damian Harris-Hernández, director ejecutivo del Refugee Translation Project, un grupo que ayuda a las personas refugiadas con las traducciones, las herramientas de traducción asistida por IA son especialmente poco fiables en lenguas que difieren considerablemente del inglés o que están menos documentadas.
Los problemas con las herramientas de traducción se producen a lo largo de todo el proceso de asilo, desde los puestos fronterizos hasta los centros de detención y los tribunales de inmigración. Algunas personas voluntarias de grupos de apoyo afirman haber visto casos de solicitudes de asilo denegadas porque la herramienta de traducción interpretó mal algunas frases
Por ejemplo, los problemas de traducción han sido especialmente preocupantes en el caso de las personas que provienen de Afganistán. Los principales sistemas de traducción automática como Google Translate, por ejemplo, no ofrecen traducciones en dari, una de las dos lenguas oficiales del país.
Un fenómeno similar está ocurriendo también en las universidades, donde los sistemas de detección de textos generados por inteligencia artificial tienen sesgos en contra de personas que no hablan el inglés como lengua nativa.
Sin contexto cultural, los sistemas de traducción automática seguirán dando prioridad a una visión occidental del mundo, lo que hará casi imposible interpretar correctamente los matices de la mayoría de las lenguas no inglesas, algo indispensable para evitar la discriminación y los sesgos hacia personas en situación de vulnerabilidad.
Imagen: (CC-BY) Gibrán Aquino