Uno de los principales defensores de la Unión Europea cree que enlazar contenido protegido por derechos de autor sin autorización a un sitio web no debe representar un delito.
Esta opinión es crucial en un juicio por resolverse que podría obligar a todas las páginas a revisar que todo los hipervínculos ligados a contenido externo cumplan con derechos de autor, una petición casi imposible.
En febrero de 2016, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) atrajo una demanda de la empresa Sanoma contra un popular blog neerlandés por haber enlazado imágenes filtradas de Playboy, de las cuales es dueño de sus derechos de autor, a su sitio.
Las imágenes habían sido subidas primero a una página australiana y esto provoca que no fueran hechas directamente disponibles por el blog, en consideración de uno de los principales abogados y consejero del TJUE Melchior Wathelet, escribe Ars Technica.
“[…] hipervínculos que llevan, aun directamente, a contenidos protegidos no los están ‘haciendo disponibles’ al público cuando ya son libremente accesibles en otro sitio web y solo sirve para facilitar su descubrimiento. El verdadero acto de ‘hacer disponible’ es la acción de la persona que efectúa la comunicación inicial”, cita el medio sobre la opinión del abogado.
Para el defensor es crucial determinar quién fue originalmente el que subió la información a Internet, en apariencia el sitio australiano, pero al mismo tiempo no sería relevante si el blog neerlandés sabía o no que “la comunicación inicial de las fotos en otros sitios web estaba autorizada por Sanoma, o si las fotos habían sido previamente hechas disponibles al público sin el consentimiento de Sanoma […]”.
El abogado también está considerando que es casi técnicamente imposible, para los usuarios comunes de Internet, comprobar y saber si todo el contenido que enlazan está previamente autorizado por el dueño de los derechos de autor.
Si esta obligación provoca que la gente deje de enlazar contenido que ya se encuentra disponible en otra web, considera Wathelet, sería “en detrimento del correcto funcionamiento y la arquitectura misma del Internet, así como al desarrollo de la sociedad de la información”.