Solicitudes de acceso a la información en Reino Unido han revelado el rápido incremento de las búsquedas cruzadas entre sistemas de reconocimiento facial y bases de datos de inmigración y pasaportes en el país europeo, revela Privacy International en su página web.
Los números muestran que en 2020 solo había registro de 2 búsquedas en bases de datos de pasaportes contra 417 que se reportaron en 2023. Por su parte, las bases de inmigración reportaron un incremento de al menos siete veces más en las búsquedas, pasando de 16 a 102 en 2024. El Ministerio del Interior y las fuerzas policiales están llevando a cabo estas búsquedas contra más de 150 millones de fotos de la ciudadanía, claramente sin una base legal clara y sin informar al público en general sobre estas acciones.
Defensores de la privacidad que colaboran con Big Brother Watch afirman que el gobierno “ha tomado las fotos de pasaporte y las ha convertido en secreto en fichas policiales para crear una gigantesca base de datos policial al estilo orwelliano” desprotegiendo el derecho a la privacidad de la gente y sin fundamentos que indiquen que las personas buscadas sea sospechosa de haber cometido algún crimen.
Esta práctica policial ya había sido reportada y documentada por The Telegraph en 2024, cuando se tenían registro de al menos 300 búsquedas en estas bases de datos, las cuales se hacían en secreto y bajo el argumento de que ayudarían a reconocer personas sospechosas de robo. En ese momento también se encendieron las alarmas por las búsquedas que la policía de Reino Unido hacía a las bases de inmigración, donde se tenía información de ciudadanos extranjeros.
El hecho ha indignado a los miembros del Parlamento, quienes afirman que “el Ministerio del Interior ha creado en secreto un sistema de identidad digital biométrica, sin el conocimiento ni el permiso del Parlamento”.
Esto es especialmente grave porque estos sistemas de reconocimiento facial crean una base de datos biométrica con los perfiles faciales de la gente, lo cual es considerado un dato personal sensible. Aunado a esto, y como se ha documentado considerablemente, los sistemas de reconocimiento facial tienen un amplio espectro de error, cayendo en falsos positivos que pueden afectar directamente a personas inocentes.
En 2020 la Corte del Reino Unido había calificado como ilegal el programa de reconocimiento facial de la Policía de Gales del Sur, ya que de igual manera no tenía mecanismos de transparencia ni claridad sobre quiénes estaban en las listas como objetivos y por qué.

Imagen (CC BY) Gibrán Aquino