Existe un vacío normativo en Brasil para la concesión de licencias medioambientales que permitan el desarrollo de centros de datos en el país latinoamericano, lo que ha derivado en la aprobación de estos proyectos como si fueran actividades menos perjudiciales para el medio ambiente o catalogándolas como autódromos o parques para eventos con temática vaquera.
Según información de The Intercept, esta falta de estándares la ha aprovechado Tiktok en su beneficio, construyendo un proyecto que consumirá al año la energía equivalente a la que ocupan 2.2 millones de personas en Brasil, pero aún así se considerará un proyecto de bajo impacto ambiental para el estado de Ceará, lugar donde se está llevando a cabo este desarrollo.
Para obtener la licencia solo se necesitó presentar el informe ambiental simplificado y acatar algunas reglas que ponía el estado, como eran el comunicar a las comunidades cercanas las intervenciones que puedan causar molestias, llevar a cabo acciones que tengan como objetivo minimizar los impactos de la instalación y operación del proyecto – aunque directamente no se especifican cuáles podrían ser estas acciones o cómo se llevarían a cabo – y presentar los documentos pertinentes para el trámite de licencia.
Agra Filho, quien durante años ocupó un puesto en el Consejo Estatal de Medio Ambiente de Bahía en Brasil, afirma que es necesario tener en cuenta el contexto del lugar en el que se pretende desarrollar cada proyecto, para determinar su impacto real potencial, ya que no es lo mismo un centro de datos instalado en una ciudad con antecedentes de sequía que uno instalado en lugares que no sufren emergencias hídricas.
Pero esto parece no importarles mucho a las empresas tecnológicas, ya que se ha documentado cómo grandes compañías desarrollan sus centros de datos en zonas con graves crisis hídricas, tal es el caso de Microsoft, que puso en marcha la construcción de su nuevo centro de datos en Querétaro, amenazando el acceso al agua de por lo menos 67 mil habitantes, los cuales ya enfrentaban una grave crisis en un estado donde al menos 14 municipios están en sequía extrema y excepcional.
Con una clara alineación entre las autoridades ambientales y el gobierno para ceder ante las presiones de las empresas tecnológicas, sumado a una falta de directrices para medir el impacto ambiental que estos desarrollos le hacen a los ecosistemas, lo único que se tiene ahora para enfrentar la amenaza es la resistencia social, algo que tuvieron muy claro las comunidades indígenas de Anacé, quienes protestaron contra Tiktok y su nuevo centro de datos exigiendo una consulta previa y poner foco en la gran cantidad de recursos energéticos que se usarán para mantenerlo.
“En ningún momento se consultó ni se buscó al pueblo Anacé para hablar sobre este proyecto. Además del incumplimiento del protocolo de consulta, manifestamos nuestra profunda preocupación por los impactos socioambientales que implican proyectos como los centros de datos, especialmente por el uso intensivo de agua y energía, lo que representa un riesgo para el derecho a la sostenibilidad de nuestro territorio”, afirmó la Organización de los Ancianos del pueblo Anacé.
Recientemente se han presentado algunos proyectos de ley para poner las reglas claras sobre el desarrollo de centros de datos, los cuales incluyen algunos criterios que las empresas deben cumplir como el uso de fuentes renovables y sistemas de reutilización de agua, así como una serie de obligaciones de transparencia, además de la regulación de datos de consumo de agua y energía. Aunque Brasil avanza legalmente en el tema, estas propuestas aún se encuentran en revisión sin una fecha para aprobarlas.

Imagen (CC BY) Gibrán Aquino