La falta de acción del Congreso estadounidense, que no ha legislado sobre la creación de una “puerta trasera” al cifrado comercial para las agencias de seguridad de los Estados Unidos, es una de las razones que ha propiciado la pelea legal entre Apple y el FBI.
El intento de utilizar una ley del siglo XVIII, la All Writs Act, para forzar a Apple a cumplir con el requerimiento de crear un nuevo iOS para el iPhone del supuesto terrorista Syed Farook, y así permitir al FBI acceder a la información contenida en éste, es una forma de eludir el debate que debería darse entre legisladores.
De acuerdo con Ars Technica, la administración de Barack Obama sabe que la discusión sobre las “puertas traseras” carece de un apoyo en el Congreso, por lo que ha destinado al poder judicial del Estado dirimir sobre la creación de éstas.
Lo más que han hecho los legisladores estadounidenses es proponer la creación de la “Comisión Nacional sobre los Retos de Seguridad y Tecnología”, aunque el pasado 1 de marzo, durante una comparecencia del director del FBI, James Comey, ante el Comité Judiciario de la Cámara de Representantes, el republicano Bob Goodlatte aseguró que el problema era “demasiado complejo para las cortes y debía dejarse al Congreso”.
Comey, en cambio, negó que el buró busque la creación de las infames “puertas traseras”. “Ya existe una puerta para el iPhone. Esencialmente estamos pidiendo a Apple que quite al perverso perro guardián”, aseguró el director del FBI.
Apenas la semana pasada, un juez de Nueva York negó el uso de la All Writs Act para obligar a la empresa comandada por Tim Cook a desbloquear un iPhone involucrado en un caso de tráfico de drogas, lo que podría haber sentado un antecedente sobre el caso por el teléfono de Farook.