El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS, por sus siglas en inglés) estudia la forma de utilizar tecnologías de reconocimiento facial para rastrear la identidad de infancias migrantes a medida que envejecen, aún cuando tradicionalmente este tipo de tecnologías no se han usado en niñas y niños debido a la sensibilidad de sus datos, informa MIT Technology Review.
La base de datos de imágenes de infancias es escasa y la mayoría de fotografías reales son sacadas de internet en baja resolución. Según datos del Transactional Records Access Clearinghouse de la Universidad de Syracuse, 339,234 niños y niñas llegaron a la frontera entre Estados Unidos y México en 2022, por lo que recabar tan solo el 1% de estas huellas faciales resultaría en un conjunto de datos mayor a casi todos los datos existentes de rostros de infancias utilizados para la investigación del envejecimiento.
John Boyd, director adjunto de la Oficina de Gestión de Identidad Biométrica del DHS, mencionó la reciente “elaboración de normas” internas que han eliminado las restricciones de edad en la recogida de datos biométricos, aunque el Departamento de Seguridad Nacional afirmó que “no recoge imágenes faciales de menores de 14 años, y no tiene planes actuales de hacerlo ni con fines operativos ni de investigación”.
La Oficina de Gestión de Identidad Biométrica se creó después de los trágicos eventos del 11 de septiembre con el mandato específico de recopilar datos biométricos de todos los ciudadanos no estadounidenses que intenten ingresar al país. Desde entonces, el DHS ha comenzado a recopilar huellas faciales, escaneos de iris e incluso muestras de ADN.
De igual forma, desde 2023 el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU (CBP) ha estado utilizando una aplicación móvil llamada CBP One, cuyo objetivo es que los solicitantes de asilo envíen datos biométricos incluso antes de ingresar a los Estados Unidos, forzándolos a tomarse selfies periódicamente para verificar su identidad.
Un ex funcionario del CBP comentó de forma anónima que ha visitado varios centros de procesamiento de migrantes en la frontera, afirmando que “todos los centros” visitados “tenían recogida de identidad biométrica, y que “todo el mundo pasaba por ella”, además de desconocer la existencia de una política específica que ordenara esta práctica o diferenciara entre infancias y personas adultas.
La intención de crear bases de datos con imágenes de infancias no es nueva. Por ejemplo, recientemente la organización Human Rights Watch denunció la utilización de imágenes de niñas, niños y adolescentes para entrenar herramientas de inteligencia artificial en Brasil, sin el consentimiento ni el conocimiento de estas infancias o las personas que están a su cargo.
Imagen: (CC-BY) Gibrán Aquino