“¿Cómo conseguimos más información confidencial de los usuarios sin que ellos tengan que dar consentimiento para ello?”, se preguntaba en 2015 el equipo de crecimiento de Facebook, de acuerdo a una serie de correos filtrados entre distintas áreas de la compañía.
Desde ese año, la empresa ha recolectado metadatos sobre las llamadas de los usuarios que tienen su aplicación instalada en teléfonos con el sistema operativo Android. A pesar de que Facebook siempre ha sostenido públicamente que solo lo hacía con usuarios que previamente habían aceptado esto, miembros del Parlamento Británico han revelado una cadena de correos electrónicos en donde se detallan los planes para camuflar ese consentimiento y, a fin de cuentas, engañar a los usuarios para que aceptaran participar sin saberlo.
Michel LeBeau, un gerente de la compañía, admite en los correos que es un movimiento riesgoso en términos de relaciones públicas y que, de hacerse público, podría generar una reacción negativa en la prensa y el público en general. Ante esto, Yul Kwon, uno de los supuestos encargados de defender la privacidad de los usuarios dentro la plataforma, responde que el equipo de desarrollo explora una nueva posibilidad en la cual se pediría un permiso inicial al instalar la aplicación y, a partir de ahí, puedan añadirse nuevos campos.
En la práctica, se pediría permiso para leer mensajes SMS, y luego –sin consultar al usuario– podrían añadirse otros registros a la vigilancia realizada por la aplicación, como el historial de llamadas o, incluso, a qué antenas de telefonía celular estaría conectado el dispositivo a cada momento, con lo cual podría determinarse la ubicación a pesar de tener el GPS desactivado.
El comité de legisladores británicos que publicó estos correos hizo esta revelación como parte de un proceso legal contra la empresa, a raíz del aumento al escrutinio de sus políticas debido al escándalo de Cambridge Analytica.