Los filtros de Snapchat con los que millones personas alrededor del mundo se toman selfies sirven para esconder la identidad de víctimas en países como la India, donde el estigma alrededor de las violaciones es tan fuerte que las víctimas no pueden aparecer abiertamente en los medios.
Como narra el editor de contenidos móviles del Hindustan Times, Yusuf Omar, en un artículo para The Guardian, detrás de las caras de cachorros, coronas de flores o dragones se esconden poderosas historias que recién de esta forma empiezan a encontrar una forma de contarse.
“Ellas eligen esconder sus caras detrás de máscaras de dragón, pero la app aún captura sus ojos, ventanas a sus emociones. Las sobrevivientes confían en el proceso de grabar para esconder sus identidades y las audiencias creen en sus historias […]”, escribe Omar.
Las mujeres, provenientes de entornos rurales con poco acceso a Internet de banda ancha y con alto costo de datos móviles, no estaban familiarizadas con la aplicación, pero como explica Yusuf, sabían cómo tomarse selfies y esconder sus rostros con los filtros les dio confianza de forma casi inmediata.
Ahora, la aplicación ha probado ser valiosa en distintos aspectos, sea solo el de entretenimiento o también informativa. Como describe Omar, su versatilidad permite informar desde casos peligrosos, ya que el video se transmite prácticamente en vivo y la información no peligra si el respaldo físico se destruye o pierde, hasta dinámicas con grupos quienes comparten sus historias para crear una sola.
En diciembre próximo, Omar utilizará la app como parte de la campaña #ClimbAgainstSexualAbuse y reunirá en el monte Kilimanjaro, en África, a víctimas de abuso sexual de todos los continentes del mundo para grabar sus testimonios.