¿Qué es más importante? ¿El contenido de una carta o el sobre mismo que la contiene? Para mucha gente, la respuesta más coherente sería decir que el contenido de la carta es más importante que el sobre.
Pero en el caso de las comunicaciones digitales, podríamos decir que tanto el contenido como el sobre son igualmente importantes. Esto se debe a que la creación de nuevas formas de comunicación e intercambio de información facilitan la recolección de datos de éstas transacciones y de quienes las realizan.
La información que rodean a las comunicaciones, datos de los datos, son conocidos como metadatos: los involucrados, dónde y por qué canales pasó la conexión, si fue exitosa, si se realizaron cargos por los proveedores, qué modelos de dispositivos estuvieron involucrados y un folio o número de identificación de la transacción misma.
Por separado estos elementos no permiten deducir gran cosa, pero en conjunto pueden ser usados para crear perfiles y determinar patrones de conducta que dicen más de una persona que el contenido de una conversación o mensaje.
Los metadatos, entonces, se convierten en una mina para las agencias de vigilancia estatales, ya que en conjunto con análisis de comportamientos cíclicos humanos pueden ser más valiosos que métodos de espionaje comunes.
“Si tienes suficientes metadatos, no necesitas en realidad contenido… [Es] un poco vergonzoso qué tan predecibles somos como seres humanos”, declaró el exconsejero de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, Stewart Baker en una plática en Nueva York.
Para ejemplificar la cantidad de información que se puede obtener de una persona con la recolección de metadatos, el político del Partido Verde Alemán Malte Spitz demandó a la empresa de telecomunicación Deutsche Telekom para que le entregara todos los datos que recolectó a través de su teléfono entre agosto de 2009 y febrero de 2010 y luego los hizo públicos a través del diario Die Zeit.
El resultado, como muestran los gráficos del diario, es el día a día de Spitz. Desde que sale de su casa, va a la estación del metro, del tren o viaja en avión, entra a algún restaurante o bar, cuántas llamadas hace, de cuánta duración y qué tanto tiempo pasa conectado en Internet.
Die Zeit contextualizó los datos de Spitz utilizando entradas públicas de su blog y su perfil de Twitter y reveló, casi por completo, la vida del político alemán.
El próximo 20 de abril de 2016, la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolverá un amparo interpuesto por R3D: Red en Defensa de los Derechos Digitales sobre la inconstitucionalidad de los artículos 189 y 190 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, promulgada en agosto de 2014.
Estos artículos obligan a las empresas de telecomunicaciones a conservar, por un periodo de dos años, un registro del origen, destino, fecha, hora y duración de todas las comunicaciones, además de la geolocalización de los dispositivos utilizados durante éstas: los metadatos.
La conservación de los metadatos de forma indiscriminada y masiva nos asume a todos como criminales y, sin las salvaguardas técnicas y legales correspondientes, nos pone a merced de autoridades corruptas o abusivas y de criminales.
Para conocer más sobre los argumentos en contra de estos artículos puedes revisar este memorándum:
Preguntas frecuentes acerca de la inconstitucionalidad de los artículos 189 y 190 de la LFTR by Pepe Flores