Un reciente estudio realizado en los Estados Unidos determinó que la idea de que un gobierno recolecte información y vigile la actividad en línea de las personas podría ser suficiente para inhibir su expresión sobre tópicos polémicos o ideas disidentes.
El estudio Bajo Vigilancia: Examinando el Efecto de la Espiral del Silencio a la Luz del Descubrimiento del Monitoreo de Internet por la NSA, publicado por el Journalism and Mass Communication Quarterly, encontró que en la era post Snowden la “vigilancia en línea del gobierno amenaza a los puntos de vista minoritarios y contribuye al reforzamiento de puntos de vista mayoritarios”, cita el sitio especializado en tecnología Motherboard.
Los resultados pueden considerarse como un argumento más en contra de las políticas de vigilancia indiscriminada y masiva que impulsan algunos gobiernos del mundo. Ésta es justificada bajo la idea de proporcionar mayor seguridad, pero en realidad viola la privacidad de millones de personas e, irónicamente, incrementa su vulnerabilidad.
La investigación recurrió a un modelo estadístico que permite calcular la relación entre distintas variables, en este caso, si la proclividad de una persona a expresar ideas en un ambiente web hostil incrementaba o decrecía dependiendo de su conocimiento y opinión de la vigilancia en línea, su percepción sobre otros estadounidenses y de algún tema en particular.
Entre las conclusiones más importantes del estudio se encuentra que la vigilancia masiva de Internet, el conocimiento de la misma y su aceptación, contribuyen a la autocensura y al prevalecimiento de actitudes conformistas entre la gente.
Las personas son más propensas a callar opiniones disidentes que sienten alejadas del punto de vista de la mayoría, un efecto que podría considerarse antidemocrático y contrario a la libertad de expresión, ya que indirectamente promueve la fijación de un solo discurso, el oficial, en el debate público.
“Lo que esta investigación muestra es que en la presencia de vigilancia, las voces más vulnerables de nuestro país son reacias a expresar sus creencias en línea”, explicó la investigadora principal detrás del estudio, Elizabeth Stoycheff.